Hace un año Carlos Briseño Torres iniciaba su gestión como Rector General de la Universidad de Guadalajara con grandes expectativas en los ámbitos universitario y político.
Había llegado a la Rectoría casi sin resistencia, contaba con toda la confianza del jefe político del grupo universitario Raúl Padilla López, había limado las asperezas creadas durante la campaña con el gobernador Emilio González Márquez, gozaba de buen ambiente en los medios de comunicación y en el PRI muchos lo veían como su nuevo jefe político, y por supuesto como su precandidato al 2012.
Pero Carlos Briseño se embriagó de poder y pronto demostró que sus ambiciones superan con mucho a sus capacidades políticas.
Poco más de un año después Carlos Briseño es un Rector muy débil y dentro del PRI prácticamente se quedó con las manos vacias. Lo peor para sus intereses, el grupo de Raúl Padilla, que fue su equipo político de toda la vida, ya lo tiene catalogado como un traidor y sólo espera el momento de deshacerse de él.
- Al interior de la Universidad Carlos Briseño está aislado: no cuenta con ninguno de los sindicatos ni con la organización estudiantil, sus incondicionales en el Consejo General Universitario son insignificantes y no cuenta con ninguno de los rectores de centros universitarios. Para estos días sólo cuenta con el vicerrector Gabriel Torres, con su coordinador de asesores Javier Hurtado y con el encargado de seguridad universitaria Gabriel Díaz.
- No obstante sus esfuerzos por hacerse del control en el PRI, Briseño perdió la elección del comité estatal y prácticamente todas las elecciones de comités municipales. Por lo tanto su fuerza real al interior del PRI es casi cero.
- El Gobernador panista Emilio González Márquez ya le demostró que a la hora de los conflictos de verdad no contará con el apoyo del gobierno estatal.
- En la dirigencia estatal del PRD existe la idea fundada de que el Rector Carlos Briseño jugó en contra de Raúl Vargas López, quien actualmente ocupa el comité estatal de ese partido.
En estas condiciones, con tantos frentes abiertos por sus desboradadas ambiciones, empieza a gestarse la idea de que Carlos Briseño no concluirá su periódo de seis años como Rector General de la Universidad.