Por: Hugo Luna

Hoy inició, el Seminario Porcino de Banff es un encuentro de transferencia de tecnología para la industria de la carne de cerdo que se celebra en Alberta, Canadá. Esta conferencia es coordinada por el Departamento de Agricultura y Alimentación y Ciencias de la Nutrición de la Universidad estatal en cooperación con el Consejo de la Carne de Cerdo de esa provincia canadiense.

Durante dos días, los productores de carne de puerco de Canadá y Estados Unidos discutirán, entre otros temas, cómo estos actores rurales pueden devolverle a su industria la competitividad deseada, racionando costos, comprendiendo la estructura financiera y allegándose la mejor tecnología.

En Jalisco, los porcicultores están “el hoyo” muy diferente su situación a la de los vecinos del norte, pero que reflejan la visión de cómo vive la crisis sus sector y a su falta de competitividad.

Para dibujar el entorno de la porcicultura, que es diametralmente opuesto al anglosajón. Es fecha, que los productores de carne de cerdo están en espera de recibir los apoyos federales y estatales. Además aguardan con paciencia las medidas de “protección”; que las importaciones de cerdo se han elevado 47 por ciento, que la Seder en el ámbito local y Sagarpa y Economía en el terreno federal “ni los pelan”. Alucinan la excesiva burocracia y tramitologia para exportar a los Estados Unidos.

¿Por qué los porcicultores siguen enfrascados en la retahíla de peticiones al gobierno? La realidad es que la industria porcícola no es competitiva, la producción nacional está estancada en 1.2 millones de toneladas. Jalisco aporta el 20 por ciento de la producción total de carne de puerco, además los 1,750 productores pecuarios locales producen anualmente cuatro millones de cerdos.

La industria de la carne de cerdo de este país para salir del “hoyo” debe pensar radicalmente diferente. Esto en gran parte es cierto en un sector como el de la porcicultura. ¿Acaso los porcicultores estarán reflexionando hacer lo “mismo” en la siguiente década?