Julio César Hernández
 
En su carta a Javier Guízar Macías, con fecha del 13 de este mes, J. Guadalupe Ledezma Ramírez le decía a su dirigente estatal:
 
“Aun más delicado (es) que las oficinas de la dirigencia de nuestro partido se cierran a los militantes y se tocan las puertas de otras personas sin trabajo partidista para buscarlas para que nos representen en los procesos electorales”.
 
Bueno, pues efectivamente eso es lo que hizo la dirigencia estatal priista. Fue a tocar la puerta de la iniciativa privada para ofrecerle “en bandeja de plata”, como antaño, un espacio en la planilla de candidatos a regidores en Guadalajara. Sí, como era antes cuando le otorgaban al sector privado la ahora extinta vicepresidencia municipal.
 
Resulta que la dirigencia del PRI consultó a las cúpulas de la IP para que le entregaran el nombre de uno de sus representantes para incluirlo en la planilla.
 
Ah, pero no en cualquier lugar de la planilla, ¡por supuesto! Sería colocado nada menos que como antes: en la segunda posición para asegurarle su integración a la próxima administración, además de ofrecerle que presidirá las comisiones que tradicionalmente le correspondían a la iniciativa privada. Faltaba más.
 
Los “cúpulos” privados hicieron un análisis de sus representantes y concluyeron que quien debería ir en la planilla priista era Mario Gutiérrez Treviño, presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior en el Occidente (COMCE).
 
¿Y sabe por qué decidieron que debería de ser él? ¡Porque entrega el cargo el 30 de abril! Nada más.
 
Y es que hicieron el siguiente análisis: Pablo Lemus no aceptó dejar la Coparmex para ser candidato a alcalde, menos para ser regidor; a Javier Gutiérrez Treviño -hermano de Marío- aun le falta un año para dejar la coordinación del Consejo de Cámaras; Miguel Alfaro Aranguren acaba de asumir la presidencia de la Canaco, y su antecesor José María Andrés Villalobos asumió la presidencia de la Expo Guadalajara. ¿Quién nos queda “desempleado”? ¡Pues Mario Gutiérrez Treviño!
 
Así definieron a su candidato, que no tiene ningún antecedente político y, mucho menos, priista. Y sin chistar, la dirigencia del PRI aceptó y lo registró.