Guadalajara no es un municipio más de Jalisco; es la capital del estado y la segunda ciudad más importante del país. De la otrora “Perla Tapatía” han surgido los últimos cuatro gobernadores -Francisco Ramírez, Emilio González, Aristóteles Sandoval y Enrique Alfaro-, por lo que tiene una especial relevancia para todos los partidos políticos, especialmente para los más competitivos. Pero no sólo en términos locales sino nacionales.
Por eso, en torno a la sucedido en el partido Movimiento Ciudadano con la renuncia de Ismael del Toro Castro a su candidatura para reelegirse en la alcaldía y su sustitución con Jesús Pablo Lemus Navarro, ¿cuál fue la participación del ex dirigente nacional y verdadero dueño de MC, Dante Delgado Rannauro? ¿Se le notificó antes de hacerlo público o simplemente se le corrió la cortesía cuando ya el anuncio se había concretado? Porque no puede ignorarse que el partido sigue siendo de él, aún y cuando la fuerza electoral lo tenga por ahora el alfarismo en Jalisco, pero lo que suceda dentro de él va tanto en su beneficio como en su detrimento, y sin duda que su voz es escuchada y atendida.
Dante es un factor que hasta ahora no ha sido tomado en cuenta en este episodio del caso Ismael del Toro-Jesús Pablo Lemus, como tampoco se han considerado los viajes que algunos aseguran hizo en varias ocasiones a la Ciudad de México el alcalde de Zapopan con licencia, y no precisamente para atender asuntos de su municipio.
Y es que si como se sostiene al interior mismo de Movimiento Ciudadano, hubo otros factores de peso -además del familiar-, que orillaron a Del Toro Castro a tomar esa dolorosa decisión -reflejada en su rostro durante el video-, la pregunta que comienza a surgir es: ¿Dante Delgado estuvo ajeno a ella o fue él quien desde el centro la impulsó, como comienza a sospecharse entre los emecistas?
En los corrillos políticos se sostiene -como lo referimos aquí en Marcatextos bajo el título “Dante, ¿artífice de la no alianza de MC?” el pasado seis de enero- que Delgado Rannauro acordó con la 4T, más que con Morena, no secundar la coalición con el PAN, el PRI y el PRD, bajo el cuestionado y endeble argumento de que ya le habían fallado a México -que replicaron tanto los dirigentes nacional y estatal como el propio gobernador jalisciense- , cuando fue con los votos de panistas y perredistas que juntos ganaron elecciones apenas en 2018.
Otra versión que corre entre emecistas y no pocos morenistas es que Dante Delgado está muy cercano al canciller Marcelo Ebrard, y ya hasta se habla de que en los próximos meses -pasadas las elecciones- el gobernador morenista de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, podría ser removido del cargo y relevado por un hombre cercano al senador naranja.
En el caso de Guadalajara, la caída de Ismael del Toro y el ascenso de Jesús Pablo Lemus -en política no hay coincidencias, reitero-, se ha convertido en un rompecabezas que con tiempo sus piezas se irán acomodando y con ello confirmar si Dante y una fracción de la 4T que no comulga con la postulación de Carlos Lomelí Bolaños como candidato de Morena a la alcaldía tapatía, tuvieron que ver o no con los hechos que, incluso, se apuesta que el gobernador Enrique Alfaro fue obligado a aceptar.
¿Esto último pudo, a su vez, acelerar las intempestivas vacaciones del Mandatario estatal a partir de ayer, pese a que el “horno -llamado Jalisco- no está para bollos”, y que como era lo más natural pudo haberlas tomado en Semana Santa o en Pascua? ¿Por qué irse de vacaciones cuando la zona metropolitana enfrenta un agudo problema de desabasto de agua, cuando el tema de la vacunación contra el Covid-19 ha encrispado a la sociedad, cuando la inseguridad sigue al “rojo vivo”? ¿De verás era el mejor momento para que el gobernador se fuera a descansar? No suena lógico.
¿O será, quizás, que el humor y el ánimo no estaban o están como para ejercer el poder y tomar decisiones? ¿Será que era necesario descansar, relajarse, tranquilizarse para que sea el tiempo el que calme las agitadas aguas que provocó la renuncia de Ismael?
Para como están las cosas y la ruta que han tomado los hechos particularmente en Guadalajara, no podemos descartar hoy nada, y será el tiempo el que confirme si la mano de Dante Delgado fue la que meció la cuna en Guadalajara.