Bien dice el dicho popular que “todo esfuerzo tiene recompensa”, pero en palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador podemos traducirlo en algo así como: “amor, con amor se paga”.
El viernes pasado fuimos testigos de lo anterior cuando a un discurso sin tono agresivo, sin confrontaciones, sin alzar el tono de voz, pausado y no “golpeado” del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, se respondió con un compromiso de apoyo por 7 mil 900 millones de pesos para la conclusión de la presa El Zapotillo y la Línea 4 del Tren Ligero, que quedó consignado por escrito y firmado por el presidente de la República.
Ahora sí, luego de cuatro años de infructuosos intentos por concretar estos apoyos… “papelito habla”.
Pero para que esto sucediera el gobernador Alfaro Ramírez tuvo que transformar y modificar su personalidad y postura frente al gobierno federal y el propio López Obrador. Ya no más un Mandatario estatal “peleonero” y “bravucón” contra la 4T, conducta que le costó mucho a Jalisco y a los jaliscienses que durante todo este tiempo sólo escucharon promesas y buenas intenciones del gobierno federal, y mensajes del propio Enrique Alfaro desde todos los patios habidos y por haber de Palacio Nacional anunciando presuntos compromisos y apoyos presidenciales que nunca se concretaron en hechos y acciones.
El viernes pasado conocimos al otro Alfaro… frente a López Obrador.
Y esto hay que celebrarlo porque demuestra que “en el pedir está el dar”, y sin duda esto es de gran beneficio para el estado y sus habitantes al observar que ya no son sólo promesas de “saliva” presidencial o “cuentos” contados desde los jardines de Palacio Nacional, sino que quedó un compromiso por escrito de otorgar a Jalisco 7 mil 900 millones de pesos, reconociendo, eso sí, que en el texto se asentaba el “qué”, pero no se establecía el “cuándo”.
Para que esto llegara a suceder tuvieron que pasar dos años, pues no olvidemos que el discurso y actitud de Alfaro ante López Obrador cambiaron radicalmente después de aquella visita que hizo a Palacio Nacional el 14 de febrero del 202, día del Amor y la Amistad. Pero bien dicen: “más vale tarde que nunca”.
Pero no hay que ser tan pesimistas ni negativos pese a las promesas durante cuatro años, porque bien dicen que “peor es nada”.
El rostro de Alfaro Ramírez en la fotografía que acompaña a este texto -compartida por el gobernador en sus cuentas en redes sociales- es elocuente y refleja alegría y la esperanza que tiene de que ahora sí, con “papelito” de por medio, lleguen los recursos económicos largamente esperados con muchas ansias… aunque con López Obrador nunca se sabe. Tanto nos prometió en campaña, que no solamente no ha cumplido sino que ha hecho ¡todo lo contrario!
Así, pues, ya tenemos el compromiso por escrito de que López Obrador le enviará a Jalisco 7 mil 900 millones de pesos, aunque no ignoremos que le destina el mayor monto de esta cantidad a cumplir un compromiso que él mismo asumió frente a los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, mientras que al sueño alfarista de tener una línea de Tren Ligero con destino a Tlajomulco apenas si le aportó menos de la tercera parte que costará la obra, y que obligó a modificarla radicalmente y a sumar la aportación del sector privado para hacerla realidad.
Pero creo que no deben “echarse las campanas al vuelo”, porque soy escéptico de que volvamos a ver una escena como la del viernes pasado por parte de López Obrador… a menos de que haya que hacer un pago “por los servicios prestados”… electoralmente.
Al tiempo…