Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard andan desatados. Ya no se detienen ante nada y comenzaron la carrera por la candidatura presidencial dentro del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), como las “corcholatas” que son de su jefe Andrés Manuel López Obrador, quien fue el “destapador” en aquella “mañanera” en la que al mencionarlos por sus nombres como presidenciables, encendió la “luz verde” del arranque.

Al principio se mostraron prudentes, sin saber si debían o no asumirse ya como los prospectos designados desde Palacio Nacional, pero poco a poco comenzaron a moverse en busca del apoyo de sus correligionarios, “arropados” por la venia de López Obrador que no dudó en confirmar que de entre ellos debería de salir el candidato a sucederlo, ya sea levantándole el brazo a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México o dándole espacios de promoción con encargos que no son propiamente su responsabilidad al secretario de Relaciones Exteriores.

Si bien tiene en la “banca” a Adán Augusto López, secretario de Gobernación, por aquello de que sea necesario que entre de relevo, López Obrador ya tomó la decisión de que para el 2024 los elegidos para contender por la candidatura presidencial morenista son Sheinbaum y Ebrard, quienes son vitoreados al grito de “¡Presidenta, presidenta…”! o “¡Presidente, presidente…”! en el lugar donde se presenten. El fin de semana sucedió en Tabasco con la jefa de Gobierno y en Durango con el canciller. La “guerra” por la candidatura ya está declarada, y ahora todo está en manos de sus respectivos operadores en cada lugar al que asistan.

¿A favor de quien apostarán los morenistas de Jalisco?

Sabido es que, de entrada, el regidor Alberto Uribe Camacho tendrá la responsabilidad de hacer trabajo de promoción a favor de quien le abrió las puertas en Morena -tras su salida de Movimiento Ciudadano- y fue su jefe en Relaciones Exteriores: Marcelo Ebrard. Sin embargo, se desconoce que Uribe Camacho tenga ya una estructura organizada y coordinada para hacer trabajo por tierra a favor del canciller, aunque se han ventilado algunas versiones -que sólo han sido eso: versiones- de que en algunos municipios del resto del estado comienzan a integrarse equipos con este propósito, aunque se ignora si el regidor en Zapopan esté detrás de ello o son otros los simpatizantes que comienzan a moverse.

Hay voces que refieren que la postura moderada de Ebrard puede darle en Jalisco más seguidores que a Sheinbaum, colocada en el ala radical del morenismo. Y quizás eso tenga que ver con el hecho de que se ignora, o poco se ha difundido, si la jefa de Gobierno de la Ciudad de México tiene ya a simpatizantes trabajando a favor de ella. Y en este sentido hay quienes se preguntan: ¿De qué lado jugará el regidor Carlos Lomelí Bolaños, quien tiene ya un buen número de seguidores, para arrancar, nada despreciable para cualquiera de los dos aspirantes presidenciables? Lomelí también representa el apoyo económico para con quien vaya a sumarse en esta carrera. ¿Veremos a Uribe y Lomelí -adversarios dentro de Morena-, haciendo campaña para Ebrard? ¿O Lomelí Bolaños apostará a favor de Sheinbaum? No descartemos esto último, pues no hace mucho compartió en sus redes una fotografía con la jefa de Gobierno, durante una visita que le hizo en su sede de gobierno.

¿Y para quién trabajará Favio Castellanos, el delegado de Morena en Jalisco, más allá del papel institucional que representa, si él forma parte del equipo político del ex dirigente nacional panista Manuel Espino Barrientos, a quien colocan del lado de Marcelo, precisamente por no ser parte de la izquierda radical morenista?

Pero hagámonos otra pregunta: Con el morenismo desarticulado y enfrentado que existe en Jalisco, ¿qué tanto interés tendrán Ebrard y Sheinbaum por ganarse el apoyo de los morenistas jaliscienses? Máxime si la encuesta como se definirá al candidato presidencial estará envuelta -como todas ellas en los diversos procesos internos del partido- en el “sospechosismo”?

Al tiempo…