Por José Antonio Elvira de la Torre

En la recta final de las campañas electorales, a las que sólo les resta unos días de duración (el plazo legal se cumple el 29 de mayo a las 24 hrs), cuando los diversos partidos y sus candidatas y candidatos ofrecen sus mensajes finales para promover que las personas decidan respaldarlos con sus sufragios, se ha incrementado la discusión sobre el voto estratégico (que ya comenté en la colaboración de Marcatextos del pasado 18 de abril, “La coordinación estratégica del voto en 2024”) y más recientemente, sobre el “voto oculto”.

Pero, ¿qué es el voto oculto? ¿Es realmente factible que este fenómeno se observe en la elección del 2 de junio próximo? ¿Puede modificar la percepción de los electores sobre lo que algunos medios y algunas encuestas plantean sobre el resultado de la elección? ¿Es suficiente para cambiar el resultado de la elección?

Puede decirse que el voto oculto es aquel que no ha sido posible de determinar por los diferentes estudios de opinión, no sólo porque sigue existiendo un margen importante de personas que se niegan a responder las encuestas (porcentaje de no respuesta), sino porque sigue siendo relativamente importante el número de personas que expresan que no han definido por quién sufragar. Por tanto, no es posible predecir por cuál partido/candidatura se orientarán esos electores.

Algunos argumentos para pensar que la posibilidad de que los resultados de la elección puedan ser más ajustados que lo que nos informan algunas encuestas, es real:

  • La mayoría de las personas que ya tienen decidido por quién sufragar, no necesariamente están dispuestos a compartir con otros, particularmente las encuestadoras, el sentido de sus preferencias electorales. Sobre todo cuando sus preferencias no son coincidentes con lo que se cree que otras personas piensan o con lo que la mayoría de los medios de comunicación, periodistas y analistas comentan, o con los resultados de algunas encuestas que se hacen públicas y que refuerzan dichas opiniones.
  • Es más factible que las personas si estén dispuestas a compartir el sentido de su preferencia electoral, cuando el partido de su predilección es el que ejerce el gobierno. Existen más incentivos (materiales y no materiales) para expresar y difundir que se respalda a quien ejerce el poder político o se piensa que obtendrá la victoria en los comicios.
  • Por el contrario, cuando las personas no respaldan al partido que gobierna, o más aún, deciden votar por un partido de oposición, existen menos incentivos para expresar públicamente su preferencia política en función de evitar los costos (sociales, de censura, de rechazo, o incluso de violencia), que su decisión puede tener en círculos familiares, profesionales o sociales.

Se refuerza la idea de que es muy factible que muchas de las personas que no han expresado su preferencia política ni el sentido de su voto, si a estas razones, sumamos algunos temas preocupantes que se han presentado en esta elección:

  • El acoso y la descalificación sistemática contra personas que expresan diferentes opiniones, intereses o preferencias (académicos, intelectuales, periodistas, organizaciones civiles, activistas).
  • El activismo ilegal en campañas de funcionarios públicos que ejercen presión sobre subordinados en entidades gubernamentales federales, estatales y municipales, para el desvío de recursos gubernamentales y respaldo a sus partidos/candidaturas.
  • La utilización sesgada de entidades gubernamentales encargadas de la investigación de delitos para disuadir a actores políticos de la oposición.
  • La amenaza velada de funcionarios gubernamentales sobre cancelar la distribución de bienes o servicios públicos (como las pensiones para personas adultas mayores).
  • La violencia que algunos actores/grupos han mostrado (la CNTE por ejemplo, en contra de manifestantes de la marea rosa).
  • La violencia de grupos delictivos en contra de aspirantes a cargos de elección (30 aspirantes o candidatas/candidatos asesinados en el proceso 2023-2024, según el COLMEX).

Por estas razones, es comprensible que se esté discutiendo la posibilidad de que el 2 de junio el voto oculto se presente, tanto en la elección de cargos federales como en la elección de cargos en Jalisco. Una de las razones por las que la democracia, como forma de organización política, sigue siendo nuestra mejor opción es la capacidad que la ciudadanía tiene de evaluar el funcionamiento y la utilidad que generan los gobiernos para premiar o sancionar con su voto, en consecuencia, a los partidos y a los actores políticos.