Por Jaime Ramírez Yáñez

Sandra Ávila Beltrán, la llamada Reina del Pacífico, nunca estuvo escondida. En Guadalajara era frecuente verla en centros comerciales, como Plaza del Sol, o en fiestas cumpleañeras, por lo menos en una hace aproximadamente tres meses, o transitar por los rumbos de su casa en el fraccionamiento El Palomar.

Lo que sostiene el subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la Secretaría de Seguridad Federal, Patricio Patiño Arias, en el sentido de que su detención se debió a que Ávila Beltrán “se confió”, más bien suena a justificación del funcionario federal para evitar hablar de lo que aparenta ser una “entrega pactada”.

Esto mismo ha pasado durante decenios, donde después de que caen algunos sicarios de medio pelo y otros francamente prefabricados, a los que se les endosa la calidad de “sicario principal” u “operador financiero”, es aprehendido algún personaje de peso.

En los ochenta, la figura relevante en el mundo del narco era Miguel Ángel Félix Gallardo —tío abuelo de Sandra, primo de su mamá, María Luisa Beltrán Félix—. Incluso en los registros de la agencia antinarcoticos estadunidense (la DEA), el sinaloense tenía su ficha con el numeral W380443944.

En 1989, un grupo de agentes de la entonces Policía Judicial Federal (PJF) llegó a la casa del capo, tocó a la puerta, preguntaron si se encontraba “el señor Félix Gallardo”, una persona les dijo que sí y les permitió el ingreso, en la sala ya los esperaba el narco, los invitó a sentarse, les ofreció un whisky, lo bebieron y se retiraron. Así fue la detención.

Otra. Benjamín Arellano Félix fue aprehendido la madrugada del 9 de marzo de 2002, y junto con él quedó detenido uno de sus lugartenientes, Manuel Martínez González, alias la Mojarra.

Ese día, ya entrada la tarde, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Ricardo Clemente Vega, informaba en conferencia de prensa que el mayor de los Arellano Félix fue detenido a la 1:00 am en el fraccionamiento Escondida, de la ciudad de Puebla, en la zona de Manuel González y Cholula, junto con su esposa Lizeth Serrano Corona y sus dos hijos menores.

Según Vega García, la captura de la Mojarra y el Min era el resultado de cuatro meses de seguimiento por parte de inteligencia militar del área, que efectuó la captura sin el intercambio de un solo disparo.

En esa misma conferencia de prensa estaba el general Rafael Macedo de la Concha. El procurador foxista consideró que el cártel de Tijuana había sido totalmente desmantelado con la detención de Benjamín y la muerte de su hermano Ramón, quien por cierto, en el video tomado por el Ejército, sorprendentemente la confirma el propio Benjamín.

Lo que se observó posteriormente en la imágenes de video difundidas por la Sedena no dejaba lugar a dudas de una entrega pactada. Aparecía un Benjamín totalmente despreocupado y tomándose un café con los elementos militares. Quedaba claro que el jefe de la organización Arellano Félix estaba consciente de que esa noche irían por él. Después trascendió que Ramón, su hermano, habría sido ejecutado por no querer negociar.

Indicios

El 19 de junio de 1995, Héctor Luis el Güero Palma Salazar despegó a bordo de su Learjet, un Falcon 50, de Ciudad Obregón hacia Toluca, pero no pudo aterrizar porque la policía federal lo esperaba en el aeropuerto de la capital del Estado de México. El piloto le sugirió ir a Zacatecas, pero tampoco ahí les fue posible llegar, por lo que intentaron alcanzar Guadalajara. En pleno vuelo, el capo fue enterado que un convoy de militares lo esperaba.

Ya sin combustible, buscaron aterrizar en Tepic, la nave se desplomó en una ranchería de Amatlán —en territorio nayarita—, el piloto y el copiloto murieron; el Güero quedó malherido.

Después del accidente, sus hombres y una escolta de judiciales federales, al mando del Yankee —comandante— Apolinar Poly Pintor Aguilera, lo trasladaron a Guadalajara.

Posteriormente, el comandante fue detenido por los militares. Dos años después, en 1997, un juez federal exoneró a Pintor Aguilera e incluso, en ese mismo año, fue recontratado en la Policía Judicial Federal (PJF).

Poly fue ejecutado el 28 de septiembre pasado, dos días después de que cayó el avión con coca en Yucatán, y el mismo día de la detención de la Reina del Pacífico.

jramirez@mexico.com