Por Maggie G. Urzúa
Sólo un movimiento trae intención política entre los cambios anunciados a partir de febrero en el gabinete del gobernador Enrique Alfaro. Es el de Alberto Esquer Gutiérrez, quien con su llegada a la Secretaría de Asistencia Social se consolida como uno de los aspirantes más firmes a la gubernatura.
De los secretarios de Estado en funciones, ha sido por mucho el único con proyección al interior del estado, entre sectores populares y cúpulas. En este espacio ya lo he expuesto: al encabezar la Sader Jalisco invadió áreas que no le correspondían directamente a la agricultura o desarrollo rural, como obra pública o promoción económica.
Una intromisión de esa magnitud no podría suceder sin la venia del Gobernador, el cual lo ha acompañado a la presentación o inauguración de cada uno de sus planes. De las millonarias inversiones hechas en dos años del sexenio, Esquer fue figura en prácticamente todas.
Lo vimos en el controversial “A Toda Máquina”, del que por cierto ha salido limpio en los señalamientos sobre corrupción; ahora amplió el uso del nombre a un programa de empedrados en zonas rurales… pero que ha llegado hasta áreas urbanas como Tlajomulco.
Desde la Sader ejecutaron una ambiciosa renovación de los mercados municipales en toda la entidad. Cuando se trata de infraestructura carretera, de alguna manera conectan la justificación del proyecto con el desarrollo rural y siempre aparece en escena el diputado federal con licencia.
De igual forma, lo miramos muy cómodo supervisando obras en destinos turísticos como Punta Pérula. Hasta se da el lujo de pasear al cantante Alejandro Fernández. Esos nexos económicos pesan mucho al momento de elegir candidatos.
Y ahora llega el momento de posicionarse entre el pueblo, al que siempre termina ganándose pese a las acusaciones de moches y abusos de autoridad en su paso como alcalde de Zapotlán y legislador.
Si ya trae en la bolsa a ganaderos, agricultores, pescadores y locatarios, su espectro de influencia va a extenderse hacia todos los beneficiarios de algún apoyo social estatal.
La Secretaría del Sistema de Asistencia Social tiene que ser el contrapeso de la administración alfarista para los programas del Gobierno Federal, donde por cierto no cuentan con una figura política adonde fluya la aprobación ciudadana. El indicado para el cargo es Esquer, quien tiene el carisma y sabe cómo dirigirse a los sectores vulnerables para atraerlos.
Mientras personajes como Ismael del Toro -supuesto delfín oficial- y Pablo Lemus se desgastan en el ojo público, Enrique Alfaro bajo la mesa parece estar cocinando a su heredero. Por eso comienza a mover fichas al iniciar el segundo tercio de su gobierno.