Foto: Twitter de @tonatiuhbp
Ayer en un entrevista radiofónica el ex rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla, dibujó verbalmente lo que no pocos vislumbraban para esta casa de estudios ante la ausencia de Raúl Padilla López y que, simplemente, se enmarca en lo que establece su propia Ley Orgánica; sin embargo, al mismo tiempo, fue un reconocimiento tácito de lo que, eso sí, muchos sabían: que la última palabra la tenía el finado presidente de la Feria Internacional del Libro.
Le preguntaron: -¿Hay heredero político de Raúl Padilla? Respondió: – La constancia, persistencia y trabajo de Raúl Padilla es un trabajo de más de 40-45 años (…); trabajo que como responsabilidad es insustituible, irreemplazable. Creo que lo que ocurre es un cierre de filas alrededor de los órganos de gobierno (…). La universidad podrá seguir su trabajo y sus responsabilidades.
Insatisfechos con la respuesta, le repreguntaron: -¿Hay heredero político, líder moral, para la Universidad de Guadalajara? Su respuesta fue: – Yo no creo que quepa una figura de esta naturaleza. Creo que habrá colegiación, una participación mucho más horizontal de quienes de alguna manera hemos ocupado el cargo de rectores generales por nuestra presencia y consenso en algunos espacios institucionales o por ser voces con experiencia, pero que no deben contrastar con los órganos colegiados de gobierno: Consejo General Universitario, Consejo de Rectores, Rectoría General y Rectorías de los Centros Universitarios.
Para Bravo Padilla, ante la ausencia del líder político, ahora hay que cerrar filas con los órganos de gobierno existentes en vida de Padilla López; ahora las decisiones serán colegiadas y de manera horizontal. Frente a estas dos respuestas, la conclusión es la que siempre se conoció: La última palabra la tenía Raúl Padilla.
Ante lo anterior, veremos lo que el propio regidor de Hagamos en Guadalajara dijo que será lo que viene para la Universidad de Guadalajara: “Un período de construcción de una nueva etapa…”.
Muy bien. Pero, ¿y qué viene para el Grupo Universidad ante la ausencia de quien lo encabezó por 34 años? Porque una cosa es la Universidad de Guadalajara que, efectivamente, tiene sus órganos de gobierno, pero otra cosa es el grupo político de esta universidad? ¿Se desintegra? ¿Desaparece? ¿O se transformará en un grupo donde también las decisiones se tomarán de manera colegiada? Y si es esto último, ¿quiénes integrarán ese grupo colegiado?
Descarto que el Grupo Universidad se desintegre y desaparezca; por lo tanto, creo que habrá una mesa en la que se tomen las decisiones colegiadamente, pero que puede haber quién tenga la última palabra sin que llegue a ocupar la figura del extinto ex rector como líder moral, figura que el propio Tonatiuh Bravo descartó que quepa ahora en esta nueva realidad.
Esa mesa, en primera instancia, estaría integrada por Trinidad Padilla, Tonatiuh Bravo, Gustavo Cárdenas, Alfredo Peña, Ricardo Villanueva, César Barba y Alberto Castellanos. Una mezcla equilibrada de experiencia y juventud, pero donde la última palabra recaería otra vez en un Padilla López, llamado “Trino”. Creo que aún es muy pronto para considerarlo “heredero político” o nuevo “líder moral” de la Universidad de Guadalajara, porque aún faltan muchas cosas por digerir, acomodar y reacomodar, pero a decir de lo que escuchamos en los corrillos universitarios, es a quien le correspondería tomar las riendas que dejó su hermano Raúl.
Así, en una primera “pincelada” de lo que podemos dibujar a menos de 15 días de la desaparición física de Raúl Padilla López, podemos concluir que, por el momento, institucionalmente Ricardo Villanueva es la autoridad formal de la Universidad de Guadalajara, mientras Trinidad Padilla toma las “riendas” del Grupo Universidad. ¿Qué viene después? Dependerá de muchas cosas que tendremos que ver que sucedan dentro y fuera de la casa de estudios y donde, por supuesto, no podemos descartar que el gobierno del Estado, y quizás hasta el federal, pretenderán ser protagonistas directa o indirectamente.
Esto apenas comienza, pero para analizar y entender lo que viene después, tendremos que empezar por reconocer que hay una Universidad de Guadalajara, pero que sigue existiendo un Grupo Universidad. El tiempo nos dirá si éste último continúa con vida o se extingue con la ausencia de quien lo encabezó por más de tres décadas.
Y si no, al tiempo…