Apenas pasaron los Días Santos y el gobernador Enrique Alfaro Ramírez consideró que una semana era suficiente para el duelo en la Universidad de Guadalajara por la muerte de su ex rector Raúl Padilla López, y decidió enviar una “Carta Abierta a la Comunidad Universitaria y a las y los Jaliscienses” en la que manifiesta “mi total disposición para que (…) retomemos el diálogo entre las autoridades universitarias y el Gobierno de (sic) Estado de Jalisco”.

Un diálogo con la Universidad de Guadalajara y una alianza con el Grupo Universidad que tuvo sus frutos en el proceso electoral del 2018 cuando Alfaro ganó la gubernatura, pero que él mismo rompió públicamente casi dos años después, en aquellos tiempos previos a las elecciones del 2021 cuando se comenzó a “cocinar” la creación del partido político Hagamos -ligado al Grupo Universidad-, que obtuvo su registro el 18 de septiembre del 2020.

¿Qué llevó al gobernador Alfaro a manifestar su disposición a dialogar con las autoridades universitarias, apenas una semana después del fallecimiento de Padilla López? ¿El simple hecho de creer que era el momento oportuno, luego de los Días Santos o el hecho de que un día después de publicarla se entrevistaría con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández? ¿Coincidencia? En política no hay coincidencias.

Estoy cierto que tras la muerte de Padilla López, Alfaro Ramírez y López Hernández debieron de haber hablado telefónicamente sobre el tema, como suele hacerse en la política tradicional que ambos saben hacer, cuando menos para que primero pusiera al tanto al segundo, oficialmente, de la información que en esos momentos poseía. Recuérdese que el gobernador estaba en reposo por instrucciones médicas, tras su inesperada hospitalización y, por tanto, no podía viajar a la Ciudad de México.

Ayer seguramente uno de los varios temas a tratar personalmente, cara a cara, era lo sucedido el Domingo de Ramos en el domicilio del ex rector y de lo que puede suceder en el futuro. Quizás la “Carta Abierta” del gobernador fue un “buscapiés” lanzado al Grupo Universidad para ir a Bucareli con una respuesta de las autoridades universitarias a su invitación a dialogar. Se trataba, tal vez, de “medir el agua a los camotes” -como popularmente se dice- y saber de qué ánimo estaban los “leones”.

En este sentido, hay que tomar en cuenta que a diferencia de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, el único aspirante presidencial de Morena que no ha puesto un pie en un recinto de la Universidad de Guadalajara ha sido Adán Augusto López, quizás no queriendo contradecir a su jefe, el presidente de la República. Tampoco se supo de alguna visita de Padilla López al responsable de la política interna en el país. Trascendió, eso sí, encuentros de Padilla con otros personajes de la 4T, pero nada confirmado oficialmente.

Sin duda que difundir la “Carta Abierta a la Comunidad Universitaria…” el lunes 10, tuvo que ver con la visita que al día siguiente, martes 11, Alfaro le haría a López Hernández. Reitero: En política no hay coincidencias. Habrá que esperar para ver si este encuentro entre Alfaro y Adán Augusto tiene o no alguna repercusión en el curso de lo que suceda más adelante en la relación UdeG-Gobierno del Estado.

Pero también dicha publicación tendría que ver con los propios tiempos del gobernador Enrique Alfaro y su estrategia política establecida desde el momento en que decidió declararle la “guerra” al Grupo Universidad y a su líder Raúl Padilla López.

En nuestras entregas del 1 y 2 de febrero pasado, aquí en Marcatextos referimos cómo expertos y analistas advertían en la actuación del gobierno del Estado en contra del Grupo Universidad y Padilla López la aplicación del “Lawfare” y el “Golpe Suave”. Ambos pasos tenían sus propios tiempos, y no deben quedar descartados tras la muerte del líder universitario. Reitero: tienen sus tiempos.

Esta “Carta Abierta” de Alfaro Ramírez obedece también a los tiempos del Ejecutivo, no a los de la Universidad de Guadalajara y, mucho menos, a los del Grupo Universidad. La estrategia establecida desde el momento en que se decidió “romper” nuevamente con Padilla y la UdeG, estaría basada en función de la existencia del ex rector, no con su desaparición. Hoy su muerte trastocó y modificó esos tiempos. Ahora el escenario que el gobernador tiene enfrente es diferente al que se tenía previsto.

El contenido del cuarto párrafo de la “Carta Abierta” y al que ayer hicimos referencia, deja en claro que el problema para el Mandatario estatal no sólo era Raúl Padilla sino que apuesta a que todo aquello de lo que lo acusó y le recriminó continuará vigente aún sin su existencia, y que por ello debe seguir “machacando” sobre esos temas, con el propósito de mantener “vivo” al enemigo político que necesita tener enfrente. O quizás, tocó esos temas para conocer la postura al respecto del Grupo Universidad y los conociera también Adán Augusto.

Es posible que Alfaro Ramírez buscará marcarle los tiempos al Grupo Universidad, porque tiene otros frentes abiertos qué atender: su futuro político en el ámbito nacional -quizás hasta aceptaría una secretaría de Estado (¿Sedatu?)- y el manejo de su propia sucesión, enmarcada por un enfrentamiento interno entre los aspirantes de MC que buscan sucederlo.

Con su “Carta Abierta”, el gobernador Alfaro querrá ganar y ganarle tiempo al Grupo Universidad llevándolo a su territorio, marcándole los cuándo sí y los cuándo no, estableciendo la agenda, y quizás con la creencia de que “estirándoles la mano” quedarán en el olvido todos los agravios de antes y después del 2018. Pero lo dijo ayer en un tuit -que minutos después borró-, Jesús Becerra, dirigente de los trabajadores universitarios: “No podemos hacer como si no hubiera pasado nada. Pasó y mucho”.

Así, pues, el gobernador Enrique Alfaro juega sus tiempos, pero la pregunta es: ¿El Grupo Universidad jugará a los tiempos que le marquen desde Casa Jalisco?

Al tiempo…