Por Hugo Luna

De acuerdo a un análisis de Manpower, empresa internacional en la industria de Recursos Humanos, los profesionistas que estudiaron carreras de alta demanda (Contaduría, Derecho y Administración), en el mercado laboral tardan entre seis meses y un año para conseguir un empleo formal relacionado directamente con sus intereses. De lo contrario, si se trata de una carrera de baja demanda, este proceso puede llevar más de un año.

Explico brevemente este fenómeno de saturación, al generarse un exceso de personas con las mismas habilidades que no requiere el mercado y, en consecuencia, los salarios de estas profesiones se estancan al existir sobreoferta.

Según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Enseñanza Superior (ANUIES), cada año se incorporan al mercado laboral 270 mil jóvenes, de los que más de 30% trabaja por primera vez en algo diferente a lo que estudió.

Lo de hoy es aprender nuevas habilidades lingüísticas y tecnológicas, sin importar cuál sea la carrera que se estudie. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en el siglo que comienza el mundo laboral y la creación de la riqueza se fundamentarán cada vez más en la información, ya sea en carreras profesionales o técnicas.

El Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ) ha registrado que los jóvenes recién egresados buscan ocupación, principalmente por dinero sin considerar que al término de su carrera lo más importante es aprender. Aseguran que incluso pueden tardar menos de un mes en hallar trabajo, pero que fácilmente pueden cambiar de ocupación y acumular hasta seis trabajos antes de los 29 años.

Todos los jóvenes no deben esperar a concluir la carrera para trabajar en áreas cercanas a su campo de estudio para así desarrollar competencias y habilidades, los conocimientos teóricos no es lo único que los empleadores buscan. Con este proceso, el círculo vicioso de “no te contrato porque no tienes experiencia aunque tengas una licenciatura” y de “no tengo experiencia porque no me contratas para tenerla”, podríamos erradicarlo.

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) busca a través de una reforma laboral asegurar un tipo de contratación que garantice el empleo a jóvenes. La iniciativa establece la legalidad de los llamados “contratos a prueba” o de “capacitación inicial” y regula las relaciones de trabajo “por temporada”, de hasta 30 días para los obreros en general y hasta de 180 días para puestos de confianza.

Pero esta reforma, tiene sus respectivos claroscuros, que mediante una relación seudolaboral que denomina al trabajador como becado en capacitación, pone en riesgo la obligación de otorgarle los derechos de la seguridad social y la estabilidad en el empleo, al hacer a un lado la obligación patronal de proporcionar permanentemente capacitación laboral a sus trabajadores.