Por Julio César Hernández

El lunes por la mañana nos despertamos con la noticia de que habían atentado en contra del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, donde resultó muerto uno de sus escoltas. Más tarde las autoridades chihuahuenses aclararon que el ataque iba dirigido contras los escoltas “satélites” del Mandatario y no precisamente en contra de é.

Anteayer trascendió que durante la gira del gobernador Emilio González Márquez en el municipio de Autlán de Navarro, se recibió una amenaza telefónica de que lanzarían bombas o granadas al Palacio Municipal, lo que obligó a que se reforzara la seguridad del Mandatario.

Obviamente nada sucedió, pero esta versión no sólo la confirmaron policías municipales de aquel lugar sino el propio secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera, declaró ayer que, efectivamente, se han recibido amenazas en diversos municipios del estado.

Ayer muy temprano -alrededor de las 8:40 de la mañana- conocimos de una versión que corrió por algunos teléfonos celulares en el sentido de que el ex presidente Vicente Fox Quesada había sufrido un accidente y que estaba hospitalizado.

La versión hablaba de dos posibilidades: una, que el accidente fue cuando montaba un caballo y que se cayó de él; la otra, de que la caída había sido a consecuencia de una agresión en su contra, un atentado similar al del gobernador de Chihuahua, decía el mensaje.

Más tarde, ayer mismo alrededor de las 15:30 horas, tuvimos la oportunidad de estar en una mesa donde el invitado era el ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos. Sentados uno frente al otro, le comentamos la versión que circuló aquí sobre el accidente de Fox Quesada.

Sin inmutarse, tomó su teléfono celular, marcó y luego lanzó un: “¡Qué tal, presidente! Espero no interrumpirte en esta hora de la comida…”.

Del otro lado se escuchó la gruesa voz inconfundible del expresidentes Fox Quesada:
“¡Qué tal, Manuel…!”.

Espino Barrientos le comentó la versión que le contamos y le preguntó al ex Mandatario federal que cómo estaba. La respuesta fue que se encontraba bien, que estaba trabajando, que no había ningún problema. Pero luego le confesó que a él –a Fox- también le había llegado esa versión de su presunto accidente.

Fox le preguntó a Espino que cómo se había enterado de esa versión, si de boca en boca o a través de los medios, a lo que el ex dirigente le respondió que de las dos maneras.

“¡Ah, caray! Entonces voy a tener que hacer un boletín…”, acotó Fox Quesada.

Ante estos hechos nos preguntamos: ¿De qué se trata? ¿De crear psicosis entre la población? ¿De generar un clima de miedo entre la gente? ¿Deben de tomarse en cuenta estas versiones o ignorarlas? ¿Callar acaso por razones de seguridad?