Por Hugo Luna

Las entidades federativas que integran la República Mexicana deberían ser más creativas con sus propios recursos, con el propósito de producir riqueza por sí mismos y así dejar de depender de los subsidios que les asigna el gobierno federal, ya que éstos sólo son incentivos perversos que no generan crecimiento en el largo plazo.

Quintana Roo, Baja California Sur y Campeche se encontraban, en 2003, dentro de las 20 regiones de mayor desarrollo económico según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pues fueron más ingeniosas y aprovecharon sus recursos locales.

A pesar de que dichas entidades no se distinguen por tener actividad industrial o productiva ni gran urbanización, son las que más contribuyen al desarrollo económico de México en los años recientes, gracias a su excelente desempeño en la explotación de sus recursos locales.

Por ejemplo, Quintana Roo es un estado que ha demostrado tener en el turismo un gran potencial para generar riqueza por sí mismo. El turismo es el factor más importante de crecimiento para Quintana Roo y es un sector que deben seguir promoviendo, pues en él tienen una gran ventaja para su desarrollo.

Ya en Baja California Sur y Campeche la concentración de un mayor número de población joven ha aumentado la productividad de ambas entidades, lo que ha sido determinante para impulsar su desarrollo.

Así como esas tres entidades existen muchas más zonas no tan urbanizadas en todos el país, es a través de la correcta aplicación de sus recursos, para no depender de la Federación que sólo envilece sus capacidades de crecimiento.

Lo anterior cobra relevancia para nuestra localidad, misma que se ha caracterizado por su adicción y dependencia a las participaciones federales, de modo que sirva como referente el gran trabajo de estos estados; gracias a que sus políticas públicas han sido rediseñadas para atender necesidades y aprovechar recursos locales.