Por Hugo Luna

El gobierno estatal debería definir una serie de incentivos económicos para que las empresas locales se decidan a jugar un mayor papel en cuanto a las acciones para mitigar los efectos del calentamiento global. De esta manera se lograría un mayor compromiso del estado en cuanto a sus compromisos para evitar el cambio climático.

Este compromiso que deben impulsar varias dependencias estatales, para que las empresas asentadas en la región se involucren y se comprometan a hacer lo que les corresponde en materia de preservación del medio ambiente.

Se requiere que esto no sea nada más una iniciativa de SEMADES, sino que se logre la transversalidad, Promoción Económica también debe de estar involucrada, además de otras secretarías, como la SEDER.

Un ejemplo de estos esfuerzos generados por empresas de diversos sectores, como el electrónico, agroindustria, y en general de toda la industria, que se caractericen sobre todo por la generación de bonos de carbono.

A través de estos instrumentos financieros, las empresas pueden obtener un beneficio económico y a la vez reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que arrojan a la atmósfera.

Esta es una tendencia que a nivel internacional se ha considerado buscar nuevas formas para llevar a cabo la recaudación fiscal, y una de ellas es orientarse a gravar las actividades que tienen un impacto negativo en el medio ambiente.

Basta recordar que existe una correlación entre el desarrollo económico y la emisión de gases de efecto invernadero, siendo estos últimos la causa principal del cambio climático.

Y es que el progreso económico de las naciones se ha logrado históricamente a partir de la utilización de combustibles fósiles (petróleo y gas), con la característica de que la expansión no puede moderarse.

El gran error cometido ha sido la asimetría entre la economía y el medio ambiente.