Ayer por la mañana, durante la rueda de prensa “mañanera” del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, anunció que Jalisco era uno de los cinco estados -junto con Aguascalientes, Baja California Sur, Guanajuato y Nuevo León- que no recibiría ni un peso de apoyo del gobierno federal por su negativa a firmar el acuerdo de adhesión al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Sin embargo, horas después, de manera sorpresiva, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez compartió un video en sus redes sociales donde anunció, pese a que de manera reiterada advirtió que no lo haría, la adhesión del estado a este Instituto.
En dicho video Alfaro aseguró que “Jalisco defendió una posición que mantuvimos hasta el final, y que me parece es la correcta. No podemos desmantelar el sistema estatal. No vamos a entregar nuestros hospitales, ni nuestro personal, ni nuestro presupuesto. Jalisco va a mantener la rectoría en este sentido en el estado, pero lo vamos a hacer de una forma coordinada con el Insab…”.
¿Deveras estuvo en peligro el sistema estatal de salud de Jalisco con el Insabi? Ese fue el discurso que el gobernador nos vendió a los jaliscienses, incluso asegurando que el gobierno federal pretendía apoderarse hasta de los Hospitales Civiles, pero nunca conocimos esas intenciones por parte de la federación porque uno de los graves problemas del Insabi es que carecía de las reglas de operación y eso provocó que no entrara en vigor en la fecha anunciada y se dio seis meses de plazo para tener listas dichas reglas.
Alfaro Ramírez, en su video, asegura que se llegó a un acuerdo “después de un buen rato de trabajo, de muchas negociaciones, de mucho diálogo…”. ¿Qué condiciones cambiaron de alrededor de las 9 de la mañana cuando para el gobierno federal Jalisco se encontraba fuera del Insabi a las 13:00 horas cuando Alfaro anunció que finalmente el estado se sumaría a este programa? ¿Deveras el gobierno lópezobradorista cedió, se dobló, a las condicionantes del gobierno alfarista como para que éste aceptara sumarse al Insabi?
La pregunta toma relevancia cuando la Asociación de Gobernadores del PAN reveló, luego de la comida que tuvieron los mandatarios panistas con el mismísimo presidente López Obrador, que “la federación redujo el tema de salud a una postura única: adherirse al INSABI o rechazarlo en su totalidad”. O sea, según el PAN, no hubo alternativa: todo o nada.
¿Acaso López Obrador aceptó las condiciones que le puso Enrique Alfaro para sumarse al Insabi y rechazó las planteadas por los gobernadores del PAN? ¿O el gobernador nos “vendió” inicialmente, como ha venido su costumbre, un discurso opositor, de firmeza -como él mismo lo dice-, de confrontación, para que a sabiendas de que terminaría adhiriéndose no se interpretara como que finalmente fue su gobierno el que se “dobló” al gobierno federal? ¿O, quizás, como se ha denunciado en diversos espacios, la oposición del gobierno alfarista tenía que ver con su resistencia a no dejar ser el que adquiriera medicamentos y servicios de salud a empresas con las que tiene algunos compromisos o a través de adjudicaciones directas o licitaciones amañadas?
Si el gobierno jalisciense logró imponer sus condiciones porque realmente favorecen a la población, merece una felicitación, pero si todo el discurso y las actitudes estuvieron impregnadas de simple gatopardismo para seguir vendiendo la imagen de un gobierno firme y opositor y no quedar en ridículo al ser el que fue “doblado” por el lópezobradorismo, entonces no hay nada qué festinar y sí mucho qué lamentar.