Por Jaime Ramírez Yáñez

Durante una entrevista con la periodista Denisse Maerker, Jorge Hank Rohn lo adelantó, es más, lo aseguró: “No voy a perder la candidatura al gobierno de Baja California”.

Dos días después de esa, hasta ese momento “temeraria” afirmación, el 21 de junio de este año, el Tribunal Electoral de Baja California, en atención a un precepto legal constitucional de esa entidad, le retiraba la posibilidad de contender a la gubernatura.

Si embargo, a sus contrincantes les duró poco, muy poco, la celebración “democrática”, porque el 6 de julio, el pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó por unanimidad restituir a Jorge Hank Rhon como candidato a gobernador de Baja California por la Alianza Para que Vivas Mejor.

De esta forma, uno de los “cachorros de la revolución”, el llamado Rey Midas de la política y amigo cercano –cercanísimo- del ex candidato priista al gobierno de la república, Roberto Madrazo Pintado, podrá aspirar a dirigir los destinos de Baja California.

Amante de tener animales exóticos en su rancho, degustador de tequila aderezado con pene de toro, importador de pieles y otras excentricidades que para muchos ciudadanos quedan de lado ante los datos de una biografía poco clara, o más bien, negra en muchos sentidos.

Poseedor de una incalculable fortuna, Jorge Hank Rohn aún camina por la vida política con la mancha de haber mandado ejecutar al fundador del semanario Zeta, Héctor el Gato Félix Miranda.

Esta parte de la historia, el pasado oscuro del ahora candidato al gobierno baja californiano se comenzó a tejer a las 21:15 horas del 20 de abril de 1988, cuando una camioneta siguió el automóvil de Félix, quien iba solo y se dirigía hacia su trabajo en Tijuana.

Al final de la calle empinada, un auto Trans-Am negro le bloqueó el paso. Un individuo -no se pudo descifrar si bajó o no del Trans-Am- le disparó a corta distancia dos veces con una escopeta calibre .12mm. Un impacto, después de romper la ventanilla, le entró por el hombro izquierdo y el otro le desgarró el costado del tórax. Félix cayó muerto en el asiento del acompañante. Los dos vehículos se dieron a la fuga de inmediato.

Sobre los móviles de este homicidio se manejaron en su momento varias posibilidades, entre ellas, críticas y denuncias que Félix hacía sobre corrupción, enriquecimiento ilícito, narcotráfico, torturas y asesinatos, contra personas y entidades privadas -unos de ellos era Jorge Hank Rohn-, así como contra funcionarios de los tres poderes públicos de nivel local, estatal y nacional.

Como autores materiales del crimen fueron acusados y sentenciados Victoriano Medina Moreno, ex policía judicial del estado de Baja California y guardia de seguridad en el hipódromo Agua Caliente de Tijuana, y su jefe, Antonio Vera Palestina, jefe de seguridad del hipódromo propiedad de Hank Rohn.

En su momento, Medina aseguró que la policía le sacó una confesión bajo torturas, fue condenado a 27 años de prisión y Vera a 25 años. Nadie fue acusado, procesado ni siquiera investigado como autor intelectual del crimen.

Durante muchos años, el semanario Zeta mantuvo una página negra, un luto permanente por la muerte de su director. En ella se pedía justicia y que se castigara al que hoy podría gobernar el estado de Baja California: Jorge Hank Rohn.