Por Hugo Luna

Lamentables las declaraciones del vocero del Episcopado Mexicano, Victor René Rodríguez al pedir perdón a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.

La forma en que lo hizo es reprobable, como si la sociedad estuviera ávida del perdón como una deuda, cuando lo que está pendiente es justicia a las víctimas, así como la compensación económica por todo este tiempo; donde  la complicidad de algunos clérigos el silencio y encubrimiento fueron el pan nuestro de cada día. El Episcopado Mexicano tendría mucho qué decir, como muchos obispos que ya han empezado a hacer lo suyo en otras partes del mundo. Pedir perdón a las víctimas y agraviados es insuficiente. Nunca mencionan nada en contra del encubrimiento que ha sido gravísimo, desde la Santa Sede. A la fecha hay un centenar de sacerdotes acusados de abuso ante la Santa Sede y ninguno está en la cárcel, eso significa que hay encubrimiento porque de lo contrario estarían recluidos y es su responsabilidad no haberlos presentado ante las autoridades y ahora culpan a la sociedad.