De MORENA podríamos decir que no es un partido, es una religión con un Dios de relación directa con el pueblo, sin intermediarios y sin necesidad de papa ni obispos.
Era claro y evidente que las percepciones y encuestas ponían a MORENA con una ventaja abrumadora en casi todo el territorio nacional antes de mandar hacer sus “encuestas” para decidir sus candidatos.
Y es aquí donde la diferencia la hacen los que se le puede denominar los “neo-morenistas”. ¿Quiénes son? ¿Por qué denominarlos así?
- El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) al ganar la elección 2018, dejó de ver que se avecinaba la temporada electoral y se enfrascó en peleas internas que se judicializaron. Solitos cedieron a los tribunales los destinos de la primera etapa de su vida y perdieron tiempo en formar un partido estructurado. Esto los llevó a perder por completo las elecciones de Hidalgo y Coahuila.
- No lograron echar andar un instituto de capacitación para la formación de nuevos cuadros políticos y justo al terminar sus conflictos, ya estaban parados frente una nueva temporada electoral.
- Por no tener unas “fuerzas básicas” produciendo nuevos morenistas, decidieron salir al mercado de políticos con una convocatoria de dos vías; la primera arrojar la red a la sociedad en general, sabiendo que eran el partido más rentable en ese momento y que caerían dentro del montón alguna pepita de oro, y la segunda vía fue ir directo sobre los actores políticos ya de reconocido cartel y experiencias política dentro de sus regiones.
- Se encontraron por ambas vías lo que para ellos parecían buenos gallos, y decidieron darles la confianza y favorecerlos por medio de una “encuesta”, para bautizarlos así como “Morenistas”
- Lo que no lograron fue convertirlos en feligreses 100% seguros de la “religión partidista” que representan, y muchos salieron a la contienda electoral ocultando lo más posible la marca MORENA de sus campañas, agregando qué tanto espacios público o privados se dedicaron a decir y dejar en claro que ellos eran candidatos “externos” a MORENA, mostrando un desprecio total a lo que ahora deberían de representar y un miedo ilógico a que los ligaran con AMLO.
Pero lo más ilógico ha sido que les cueste tanto mencionar en su discurso a Andrés Manuel López Obrador, quien es el principal predicador de su doctrina todas las mañanas a nivel nacional y es dueño de la agenda pública y de la fuerza electoral total que les podría dar el triunfo.
No entendieron que su única misión era salir a predicar la palabra de la cuarta transformación con su tres mandamientos: “no mentir, no robar y no traicionar.
El país ya está polarizado, porque estamos bien identificados como “lopezobradoristas” o como “conservadores”. Entonces, la misión de los candidatos inmaculados sólo era salir a presentarse con los feligreses lopezobradoristas sin mostrar asco a López Obrador ni miedo al qué dirán.
Queda claro que después de esta elección, sea cual sea el resultado, habrá una depuración de “neomorenistas” y que los que han entendido con claridad lo que es representar a MORENA y se sientan identificados con la causa serán los principales activos del Movimiento de Regeneración Nacional en el 2024.