El gobernador Enrique Alfaro Ramírez ha recordado que poco más del 40 por ciento de votos obtenidos por Movimiento Ciudadano a nivel nacional los ha aportado Jalisco. El dirigente estatal del partido, Manuel Romo Parra, recordó que uno de cada tres votos que MC obtuvo en las elecciones del 2021 salieron de Jalisco. Ambos han querido subrayar lo que propios y extraños sabemos: la fortaleza de este partido está solamente en Jalisco. En ningún lugar más. Ni en Nuevo León, pese a tener gobernador -Samuel García Sepúlveda- y presidente municipal de la capital -Luis Donaldo Colosio Riojas- “naranjas”, aunque se pretende hacer creer lo contrario. El triunfo de ambos se logró por otras causas y circunstancias, nunca de la forma en que los emecistas jaliscienses ganaron desde 2012, pues en 2009 el entonces partido Convergencia no postuló al hoy gobernador a la alcaldía de Tlajomulco.
Ahora que aparentemente ha quedado en el “limbo político” la relación del Grupo Jalisco con la dirigencia nacional que encabeza Dante Delgado Rannauro, no sólo se han generado versiones que, en mi opinión, están muy lejos de suceder como aquello de que para el 2024 ya no “jugarán” juntos, sino que se ha escuchado y leído que los emecistas locales han acudido a tocar las puertas del PAN y el PRI en busca de “cobijo”. Si lo primero lo vemos muy remoto que suceda, al menos ahora, lo segundo simplemente no podemos siquiera imaginárnoslo.
Sin embargo, los últimos acontecimientos registrados a partir de aquella propuesta del senador Clemente Castañeda, la respuesta inmediata de Dante Delgado, el mensaje de Alfaro Ramírez y lo sucedido en el Consejo Nacional de MC han generado incertidumbre entre una parte de la clase política y entre aquella ciudadanía interesada en el acontecer político en el estado y a nivel nacional. Les inquieta, y a algunos les preocupa, qué rumbo tiene y tomará la relación Alfaro-Dante para dar certeza de cómo jugarán el 2024, y las posibilidades reales de que Movimiento Ciudadano refrende el año próximo la gubernatura sin que represente un riesgo de fractura a su interior.
Hay a quienes les genera cierta tranquilidad saber que la dirigencia estatal, que encabeza Manuel Romo Parra, no ha frenado su trabajo de “aceitar” la maquinaria en el estado y de atestiguar el “desfile” de emecistas que acudieron a manifestarle su apoyo, solidaridad y deseos de pronta recuperación al senador Castañeda Hoeflich durante su convalecencia, tras someterse a una cirugía de columna. Se registró muy bien quiénes acudieron a visitarlo y lo hicieron público ambas partes, y quiénes no. Reunirse con Clemente cuando ya está activo y salió de su convalecencia tiene, para muchos dentro y fuera de MC, otra lectura y otro mensaje.
Pero esto no es suficiente. Hay a quienes les gustaría -principalmente simpatizantes emecistas-, tener la certeza de saber si la participación de Movimiento Ciudadano en Jalisco, en el ya cercano proceso electoral, será o no de la mano de la dirigencia nacional y calcular los riesgos si hubiese un rompimiento o confirmar que se continuará actuando como ha sido la tradición: lo que sucede en Jalisco se queda en Jalisco. O sea, que el Grupo Jalisco siga dominando la escena local del partido y solamente se tenga el aval de la dirigencia nacional en el “palomeo” de candidatos, como se ha hecho en elecciones anteriores, además de trabajar juntos en una estrategia que les permita retener el poder en el estado.
Otro factor que también es motivo de incertidumbre es el de saber cómo contenderá Movimiento Ciudadano en Jalisco ante la rotunda negativa de Dante Delgado de hacer alianzas a nivel nacional. ¿Obligarán a que aquí también se juegue en solitario o se les dará la oportunidad de hacer alianzas, si no formales y oficiales, sí de facto con grupos, organizaciones e, incluso, con algunos partidos políticos dispuestos a hacerlo, sin protocolo oficial de por medio?
Hoy Movimiento Ciudadano vive una situación inédita, caracterizada por la incertidumbre generada por los acontecimientos de las últimas semanas. Quizás sea el momento de que Manuel Romo mande señales o abiertamente salga y calme las “aguas” de esa incertidumbre e intranquilidad con un mensaje que genere certeza no sólo a sus simpatizantes y militantes sino a la ciudadanía en general.
Y esto también debería de hacerlo el propio Dante Delgado, reconociendo de manera contundente, para no dejar abierta la sospecha de división con el emecismo jalisciense, que gracias a Jalisco su partido no sólo ha podido mantener el registro como partido político sino sin él podría perderlo en el 2024. Los emecistas no sólo de Jalisco y de Nuevo León, sino los que hay en todo el país deben de saber a qué atenerse.
Al tiempo…