Durante la pandemia del Covid-19, Xavier Orendain de Obeso, como presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, generó una enorme polémica cuando en una reunión privada en Casa Jalisco se deshizo en elogios -como ningún dirigente de la iniciativa privada lo había hecho en muchos años- para el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y hasta pidió se le rindiera de pie un fuerte aplauso. Ahí estaba, aplaudió el discurso y atendió el llamado de su colega empresario, el entonces coordinador del Consejo de Cámaras Industriales, Mauro Garza Marín.

Tras su actuación como parte de aquella mesa de trabajo en medio de la pandemia, hoy Garza Marín es diputado federal por Movimiento Ciudadano y Orendáin de Obeso es coordinador de Crecimiento y Desarrollo Económico del gobierno del Estado. Los “malosos” dicen que el cargo lo obtuvo gracias a aquella “empalagosa” carta a la que le dio lectura en Casa Jalisco. Vaya usted a saber.

Lo que es cierto es que el ex presidente de la Canaco se ha metido “en camisa de once varas” al ser señalado como el padre intelectual de la propuesta que se discute en el Congreso del Estado para que todas las representaciones del sector privado -empresariales e industriales-, salgan de los Comités de Adquisiciones y se deje únicamente como integrantes a los representantes del gobierno, con el riesgo de que hagan y deshagan “a sus anchas” y se “despachen” sin supervisión alguna en el “Año de Hidalgo”.

Trascendió en los corrillos empresariales y de gobierno que fue Xavier Orendáin quien presionó a las cúpulas empresariales para que demandaran al Congreso del Estado una reforma a la ley respectiva para ya no participar como integrantes de los Comités de Adquisiciones. Vaya usted a saber.

Pero si eso no fuera suficiente, ayer se ventiló el “papelazo” que habría hecho nada menos que en la Universidad Panamericana -de la que es egresado-, todo porque jóvenes estudiantes de esta universidad privada reaccionaron a la pretensión de desaparecer a las representaciones empresariales de estos comités y se ofrecieron para formar parte de ellos y mantener vigilancia en las decisiones del gobierno para la compra y licitaciones millonarias que se llevan a cabo, con el propósito de no dejarles “manos libres”, como sería el objetivo de Orendáin de Obeso.

Se divulgó que ante esa reacción de los estudiantes, el integrante del gabinete del gobernador Enrique Alfaro se molestó y fue a quejarse ante nada menos que la misma Rectoría para que calmaran y “metieran en cintura” a los jóvenes con ansias de vigilantes del gobierno.

Y es que se difundió también que, aparentemente, pretendería tener el control de la Canaco y de la Coparmex, a través de sus hermanos José Andrés y Santiago Orendáin de Obeso.

Hasta el momento, Xavier Orendáin ha guardado silencio, pero ante las severas críticas y oposición a que los organismos empresariales dejen de pertenecer a los Comités de Adquisiciones o a la negativa de que sean sustituidas por organismos ciudadanos, expertos en transparencia o, inclusive, universidades, dejándole “manos libres” a los gobiernos, tendrá que salir a dar la cara o quedarse callado y hacer válido aquello de que “el que calla otorga”, con el riesgo de que sus planes de satisfacer los deseos de los gobiernos, principalmente el del Estado -de no tener quién los vigile ni les haga contrapeso-, y de quedarse con el control de la Canaco y la Coparmex, fracasen.

Y si no, al tiempo…