Hugo Luna

Que tal sería que el gobierno estatal y los municipios dejarán atrás los fantasmas de no aceptar al sector privado y, al contrario, el entendido de que la inversión privada será bienvenida mientras complementen el bienestar público. ¿Cómo vería usted que el Gobernador, Emilio González y el secretario de Vialidad, José Manuel Verdín estuvieran analizando financiar el programa integral de transporte en la zona metropolitana? Como lo es el sistema prepago, la adquisición de los camiones articulados y la asistencia técnica para este proyecto de movilidad urbana, a través de la invitación al sector privado.

Es una imperiosa necesidad contar con un sistema de transporte colectivo bien aseado, seguro y eficiente. La clave radica en convocar a la inversión privada para que sea socia del gobierno local.

Incluso, el secretario de Finanzas, Oscar García Manzano debería estar visualizando acudir a la Bolsa Mexicana de Valores, para realizar los primeros ejercicios de financiamiento a través del Fideicomiso de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras), esta figura financiera puede otorgar crédito para la construcción de vivienda y obras de infraestructura. Y de paso dejar de manejar los dineros públicos con recetas domésticas de economía.

Esta misma tendencia de complementar la inversión pública con la privada la debemos ver en los municipios, en el mantenimiento de áreas verdes y servicio de aseo público. Raya en lo absurdo ver los camellones o parques públicos sin árboles o pasto. O un eficiente servicio de limpieza municipal, el mismo que integre un esquema integral del manejo de los desechos sólidos y orgánicos.

La inversión privada debe ser para complementar, no para sustituir la inversión pública, y bien manejada y limitada, nos puede funcionar.