Ayer el gobernador Enrique Alfaro Ramírez colocó a “sus” diputados -porque son de él, son sus empleados- en el nivel que considera tienen y el lugar en el que deben de estar: por debajo de un menor de siete años para tomar una decisión sobre el futuro de Jalisco dentro del Pacto Fiscal.
Alfaro Ramírez considera que los menores de edad, de entre siete y 17 años, tienen los conocimientos y la capacidad para responder la siguiente pregunta: “¿Estás de acuerdo en que se revise cada seis años la manera en que se reparte el dinero de los impuestos que recauda la Federación, para que Jalisco decida si quiere seguir formando parte del Pacto Fiscal?”.
Sin embargo, cree que “sus” legisladores son incapaces de decidir sobre el futuro de Jalisco respecto al Pacto Fiscal, de ahí que considera que es mejor gastar 22.5 millones de pesos en preguntarle a los jaliscienses mayores de edad lo siguiente: “¿Estás de acuerdo en que cada seis años se revisen los términos de la Coordinación Fiscal y la manera en que la Federación distribuye los impuestos, para que se decida si Jalisco se mantiene o se sale del Pacto Fiscal?”.
Así lo reveló ayer en el evento informativo que realizó pomposamente en el Teatro Degollado, cuando en su intervención se refirió a las críticas sobre el millonario gasto que hará de los recursos públicos para plantearle una sola pregunta a los jaliscienses. Dijo
“Hay quien todavía dice, todavía cuestiona, el costo de la consulta. ¡Imagínense nomás! Si el costo de la consulta es 12 …e… 22, perdón, 22 millones de pesos; la consulta sobre una decisión en la que están en juego miles de millones de pesos, está en juego el federalismo mexicano y Jalisco; y su Congreso, lo digo con respeto para el Poder Legislativo, no puede tomar una decisión de esa magnitud sin involucrar a la ciudadanía, sin que la gente salga a expresarse…”.
¡Imagínense nomás! El gobernador Alfaro cree que un menor de siete, ocho, nueve o 10 años puede opinar sobre el futuro de Jalisco en lo que respecta al Pacto Fiscal, pero considera una nulidad a “sus” diputados para ser ellos -apoyados en la infinidad de asesores que tienen y que cobran de las arcas públicas- quienes estudien, analicen, discutan y propongan la decisión que debe tomar el gobierno respecto a ese futuro en materia fiscal.
No importa que ellos sean los representantes populares, que hayan sido elegidos para tomar decisiones de toda índole y de todo “calibre” en nombre de quienes los eligieron y a quienes representan; no importa que reciban, los diputados y sus asesores, un jugoso salario para tomar decisiones como las que se pretende que tomen los jaliscienses so pretexto de que éstos deben salir a expresarse diciendo simplemente un “sí” o un “no”.
Para el gobernador Enrique Alfaro “sus” diputados sólo sirven para aprobarle un millonario endeudamiento, para designar consejeros de la Judicatura “a modo”, para perseguir mediante inventados juicios políticos a quienes le son incómodos, para violentar la ley a fin de darle gusto en sus peticiones, para elaborar convocatorias a elecciones extraordinarias “a la carta” como se los ordenan desde el Ejecutivo… Sólo para eso sirven los diputados del gobernador.
Por eso el Mandatario estatal cree que se justifica gastar 22.5 millones de pesos -esperamos que realmente ese sea el costo y no los 12 millones que refirió inicialmente en su intervención, y que el resto sea para el “cochinito” electoral del 2024, si no es que tengan otro destino-, porque “sus” diputados no tienen el nivel que se requiere para tomar una decisión como la que espera resulte de preguntarle a los jaliscienses, a parir de los siete años de edad.
Increíble, pero cierto. Para el gobernador es más confiable la opinión de un niño de siete años que la decisión de un diputado. A este grado rebaja el Ejecutivo el nivel del Poder Legislativo.
¿Algo de qué sorprenderse?