Por Hugo Luna

El escenario económico para el 2010 no será de recuperación, mucho menos halagador. Los análisis se justifican en relación a la estimación del FMI según el valor de lo producido por la economía mexicana en el 2010 será apenas equivalente a lo que se producía en el 2006.

Pero, visto de otro modo, con un crecimiento de la población de alrededor de 0.9 por ciento al año, terminaremos el próximo año con un PIB per cápita que va a ser inferior en poco menos de 3 por ciento al que teníamos cuando empezó este sexenio.

Además el reto fiscal más importante desde la crisis de 1995, pues al no contarse con la cobertura petrolera (concluye en el mes de octubre), y tener una actividad económica muy pobre, la recaudación no va a ser suficiente para cubrir un gasto como el que hoy tenemos.

 Los acertijos que le he comentado se van a hacer presentes: recortes de gasto, aumentos de impuestos o más deuda.

 Bajo esta realidad la próxima legislatura federal LXI y particularmente los diputados que representarán los intereses de los jaliscienses tiene como tarea primordial trabajar en una reforma fiscal de grandes proporciones.

 En los pocos días que lleva la contienda electoral escuchamos propuestas relacionadas con la reducción del gasto,  reducir el gasto gubernamental no es una cosa sencilla, a menos que estemos dispuestos a recibir menos servicios.

 México no gasta mucho, es curioso. Los servicios que concentran el mayor número de recursos son educación y salud. No se vale que el país tenga 12 millones de personas que se desempeñan en el comercio informal, no se vale que decenas de empresarios hagan circo, maroma y teatro para evadir a las autoridades hacendarias.

 Si los números no dan para este año, ya se imaginará cómo van a estar para el próximo. Y no se le olvide que no se trata de un problema coyuntural, producto de la menor actividad económica. No, es un problema estructural, es decir, llevamos 44 años gastando más de lo que pagamos en impuestos. Desde 1965 este país no financia adecuadamente su gasto, y la única razón por la que no hemos desaparecido como nación ha sido el petróleo, que ha financiado nuestra irresponsabilidad.

 A todos los aspirantes a ser diputados federales por todas las expresiones políticas PRI, PAN, PRD, PT y otros. Para que nuestro país tenga viabilidad y salir del bache económico es necesario asumir medidas  impopulares como lo manifestó el ex presidente Ernesto Zedillo y abandonar la fantasía y los castillo al aire.

 De lo contrario, construiremos un presente sin futuro.