Por Hugo Luna

Los distintos puntos de vista, algunos mesuradamente optimistas, otros sombríamente pesimistas, los especialistas en asuntos económicos y financieros advierten que en lo que resta de este año la contingencia de la economía no amainará.

Cuando la locomotora es la economía “gringa” va saliendo del túnel, nuestro país es el equivalente al cabús que aún va cruzando el túnel.

Tardaremos algunos meses para resolver los problemas diarios de los ciudadanos de a pie.

Sin embargo, los grupos de poder, hasta quienes exigen que se escuche más la voz de los ciudadanos en los asuntos públicos se quedan atrapados en las propuestas para hacerle cambios al sistema político.

La incipiente democracia mexicana necesita cambios, quizá haya que revisar otra vez el sistema de elecciones; pero es en el mejor de los casos una desmesura suponer que esa es la prioridad para la gente.

A la población les interesa que se atiendan los problemas económicos. Quieren pagar menos por el gasto familiar. Quieren que su salario rinda un poco más y quieren recuperar los empleos perdidos y empleos para los jóvenes.

En la zona metropolitana de Guadalajara hay cuatro millones de habitantes que están insatisfechos con el sistema político, que decir de 200 mil jaliscienses desempleados y subempleados y decenas más en las miserias.

Ese ha sido el problema en los años recientes.

Los problemas reales de la vida diaria de la gente no están en la discusión. Ni siquiera en la discusión de los que anularon su voto.

Se ha olvidado aquello de que primero es comer que ser cristiano.