Una de las características de nuestros políticos es que “pierden” la memoria a su conveniencia, y creen que todos los ciudadanos son igual a ellos: desmemoriados. Y es por eso que también son muy propensos a padecer del síndrome de “La Chimoltrufia”, porque así como dicen una cosa dicen otra, con el ingrediente muy de ellos de decir una cosa y hacer otra. Es eso que se llama incongruencia y que en muchos de nuestros políticos raya en el cinismo.
El lunes pasado referí en este espacio el encuentro que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez tuvo con 55 diputados locales de Movimiento Ciudadano a quienes les dibujó verbalmente un “cuento” muy bonito, casi “color de rosa”, de cuando fue diputado de la inolvidable 58 Legislatura, aunque no les dijo que lo fue por el PRD gracias a un gesto a su favor del ex rector Raúl Padilla López por intermediación del hoy secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza. (“El día que fui diputado…”, el cuento de Alfaro a legisladores de MC)
Ayer abordé el encuentro que Alfaro sostuvo con su homologo y correligionario de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, a quien fue a pagarle la apuesta que perdió tras la derrota de las “Chivas” a manos de los “Tigres”. (Alfaro, ¿”humildemente” declina a favor de Samuel o Colosio?). Y referí lo que textualmente le declaró a Milenio en aquella entidad y que vale la pena recordarlo. Dijo textualmente:
“Vamos a construir una alternativa y que en esa alternativa el acuerdo que vamos a tomar con Samuel, con Luis Donaldo y con muchos actores de Movimiento Ciudadano, va a ser un acuerdo sólido, aquí no vamos a tener disputas ni jaloneos, no andamos buscando ni chamba ni hueso, queremos construir una alternativa para México, además de aliados políticos somos amigos, por lo tanto en este proyecto no nos andamos disputando nada, al contrario, estamos viendo cómo cada quien aporte lo que toque”.
No falta, por supuesto, quien nos recuerde que detrás de cada político, de cada gobernante, hay una historia que no pueden borrar ni de la cual pueden escapar. Y así como hoy exclaman “benditas” o “malditas” redes -según el caso-, hay quienes podemos decir: ¡”benditos” archivos…!
Y es que quizás el gobernador Enrique Alfaro y su equipo no recuerden -aunque estoy seguro que sí-, la declaración pública que hizo en aquella rueda de prensa que concedió el seis de julio de 2018, un mes después del proceso electoral en la que fue electo gobernador de Jalisco, en la que estuvo acompañado de Clemente Castañeda, Ismael del Toro y Guillermo Medrano (foto). Ahí soltó lo siguiente:
“Cada vez que iniciamos un proyecto político de gobierno, al siguiente día de que pasa la elección ya estamos pensando en la siguiente elección; y eso, sin duda, ha sido una variable que ha generado una dinámica de trabajo que hoy vamos a cambiar. Quiero dejar, el día de hoy como primera conclusión de nuestro equipo, porque es una colección colectiva de quienes iniciamos este proyecto, que con esta elección acabo de enfrentar la última elección de mi vida. No voy a buscar ningún cargo de elección popular después de ser gobernador de Jalisco. Y eso no es un anuncio electoral sino un anuncio de gobierno por una razón: asumí los compromisos que estoy planteando, pues esta será la última rueda de prensa que yo dé en Movimiento Ciudadano. Movimiento Ciudadano tendrá que seguir su camino. Yo, a partir de hoy, renuncio a cualquier vinculación, en términos de relación política, con lo que ha sido la plataforma de este gran proyecto que hemos construido con los jaliscienses…”.
Si el seis de julio de 2018 Enrique Alfaro anunció que rompía toda vinculación con el partido Movimiento Ciudadano, ¿cuándo carambas hizo público que reculaba, que daba marcha atrás, y que seguía “amarrado” y comprometido con el partido del que se valió para ser presidente municipal de Guadalajara y ahora gobernador? Recordemos que cuando fue presidente municipal de Tlajomulco el partido se llamaba Convergencia y, además, llegó también con el apoyo del PRD y del PT.
¿Por qué si hace casi cuatro años hizo un “anuncio de gobierno”, y no un “anuncio electoral”, de que “yo, a partir de hoy renuncio a cualquier vinculación, en términos de relación política,” con Movimiento Ciudadano, ahora hasta anuncia -¿gubernamental o electoralmente?- que “vamos a construir una alternativa y que en esa alternativa el acuerdo que vamos a tomar con Samuel, con Luis Donaldo y con muchos actores de Movimiento Ciudadano, va a ser un acuerdo sólido…”? ¿Qué, acaso, no había concluido ya toda relación política con este partido político? ¿Cuándo anunció públicamente lo contrario? ¿Qué ni Clemente, ni Guillermo o Ismael le recordaron el anuncio que hizo público el seis de julio del 2018? ¿Por qué reculó? ¿Por qué se echó para atrás? ¿Por qué se arrepintió de una “decisión colectiva” que tomaron quienes iniciaron ese proyecto?
Hasta ahora, si mal no recuerdo, ha cumplido con su compromiso de no dar un rueda de prensa en Movimiento Ciudadano; aquella del seis de julio de 2018, hasta ahora, ha sido la última. Pero ahora habrá que esperar también a que lleguen los tiempos para confirmar si cumple o no su decisión anunciada aquél día de que “con esta elección (la de gobernador)” enfrentó “la última elección de mi vida” y que “no voy a buscar ningún cargo de elección popular después de ser gobernador de Jalisco”. Aunque habría que preguntarle por qué advierte que “no vamos a tener disputas ni jaloneos”, si él personal y públicamente anunció que con la de gobernador “acabo de enfrentar la ultima elección de mi vida? y que “no voy a buscar ningún cargo de elección popular después de ser gobernador de Jalisco”?
¿Cumplirá o reculará como lo hace ahora respecto a su relación política con Movimiento Ciudadano?
Reitero: los políticos “pierden” la memoria convenencieramente, pero para su desgracia habemos quienes sí tenemos memoria… y un archivo.
Al tiempo….