El gobernador Enrique Alfaro Ramírez acudió ayer a Nuevo León a pagar una apuesta que perdió con su homólogo naranja Samuel García Sepúlveda, luego de que los “Tigres” de la Universidad de Nuevo León le ganaron a las “Chivas” del Guadalajara; la apuesta la pagará con dinero de amigos empresarios “chivas”, según lo confesó él mismo a través de un video en el que aparecen ambos y que fue difundido en sus redes sociales.

Alfaro Ramírez acudió a la “Sultana del Norte” en un momento en el que al interior del partido Movimiento Ciudadano comienzan a trazarse algunas líneas de acción con miras al proceso electoral del 2024, pero también cuando su imagen al exterior se encuentra en los últimos lugares de aprobación de entre los 32 mandatarios del país. Su posición en las encuestas oscila entre los lugares 25 y 28 de los gobernadores peor calificados, apenas por encima de Cuauthémoc Blanco, gobernador de Morelos; Francisco Cabeza de Vaca, mandatario de Tamaulipas; y Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, entre dos o tres más.

Además, en los corrillos emecistas se ha ventilado que la relación entre el gobernador de Jalisco y el dirigente nacional de MC, Dante Delgado Rannauro, no pasan por su mejor momento, y que su influencia hacia el interior de Movimiento Ciudadano ha perdido terreno ante la aparición de nuevas figuras, como el propio Garcia Sepúlveda y Luis Donaldo Colosio, presidente municipal de Monterrey, así como los espacios que el senador de Morena, Ricardo Monreal, ha ido ocupando en este partido, como ya lo referimos en una entrega anterior.

Respecto a esta visita, pero particularmente sobre el tema político abordado por el gobernador de Jalisco en Nuevo León, el periódico Milenio tituló así su nota informativa: “Alfaro planea construir con Samuel García y Colosio una alternativa para 2024”, como si de él dependiera la estrategia de Movimiento Ciudadano o como si él decidiera qué se hace y qué no se hace dentro de este partido, ignorando por completo al dirigente nacional, Dante Delgado. Al menos el texto de Milenio no refiere que lo haya mencionado.

“Vamos a construir una alternativa y que en esa alternativa el acuerdo que vamos a tomar con Samuel, con Luis Donaldo y con muchos actores de Movimiento Ciudadano, va a ser un acuerdo sólido, aquí no vamos a tener disputas ni jaloneos, no andamos buscando ni chamba ni hueso, queremos construir una alternativa para México, además de aliados políticos somos amigos, por lo tanto en este proyecto no nos andamos disputando nada, al contrario, estamos viendo cómo cada quien aporte lo que toque”, declaró Alfaro, según el periódico Milenio.

Según sus declaraciones, trató de minimizar quién podría encabezar el proyecto de MC en el 2024, concretamente la candidatura por la presidencia de la República: “… el tema de quién encabece y a quién nos toque jugar será un tema secundario”.

Creo que es muy temprano para asegurar que con miras al 2024 “no vamos a tener disputas ni jaloneos”, cuando ha quedado por demás de manifiesto que Enrique Alfaro ambiciona ser candidato a la presidencia de la República desde el primer día -si no es que antes-, que asumió la gubernatura. Esto no sólo se confirma en su discurso y en sus actos, sino principalmente en la millonaria inversión que ha hecho en medios de cobertura nacional para promover su figura, se destaquen algunas de sus acciones al frente del gobierno estatal y se minimicen o se ignoren muchos de los graves problemas que enfrenta Jalisco, principalmente en el caso de las desapariciones, los feminicidios y la gran cantidad de fosas clandestinas con cuerpos o restos de ellos que se han encontrado a lo largo y ancho de la zona metropolitana de Guadalajara.

Ya habrá tiempo para ser testigos de las “disputas y los jaloneos” en Movimiento Ciudadano con miras al 2024.

Con sus declaraciones y ante lo bajo que andan sus bonos dentro y fuera de Movimiento Ciudadano, Alfaro Ramírez parece querer “colgarse” de la imagen de los nóveles políticos emecistas que apenas tienen meses en su cargo, aunque el gobernador de Nuevo León ha sufrido un desgaste importante por sus frivolidades, mientras que Colosio Murrieta ha demostrado ser más sensato y se ha concentrado por completo en su responsabilidad como munícipe de la capital neolonesa.

“Imagínate lo que significaría por ejemplo apoyar un proyecto encabezado por Luis Donaldo, por el propio Samuel, a mí me daría mucho gusto y mucho orgullo, porque son mis amigos, porque hemos crecido juntos, aunque yo soy el más viejo de los tres, somos el mismo proyecto, estamos tranquilos en ese sentido”, declaró Alfaro a Milenio.

Conociendo la personalidad del gobernador Alfaro y lo que ha sido su máxima aspiración, ¿alguien puede creer su confesión de que nada sería de mayor orgullo para él que “apoyar un proyecto encabezado por Luis Donaldo (o) por el propio Samuel”? Él, que tanto ha trabajado en pos de su aspiración; que fue capaz de enfrentarse al mismo presidente de la República para crearse una imagen que lo identifique a nivel nacional, ¿de veras se haría a un lado y le dejaría el paso libre a dos gobernantes que apenas se están “bautizando” en la política de las grandes ligas? ¿En serio tiene esa enorme humildad -hasta ahora desconocida para los jaliscienses- para reconocer que su aspiración ha fracasado y que el papel que le toca jugar es apoyar las aspiraciones de Samuel García o Luis Donaldo Colosio?

No, de ninguna manera. El discurso de Alfaro ayer en Nuevo León no es sino como muchos otros más que ha pronunciado en su propósito de engañar a la ciudadanía, diciendo una cosa pero haciendo otra. ¿O ya sabrá algo que todos los demás desconocemos? ¿Dante Delgado ya le habrá dicho que no tiene ya posibilidades de ser candidato presidencial por su poca aceptación a nivel nacional y la decepción que como gobernante ha generado en los jaliscienses?

Al tiempo…