Nunca como la semana pasada numerosos espacios de opinión en los medios de comunicación habían abordado como tema principal el enfrentamiento -aunque pueden ponerle el nombre que quieran para “maquillar” la realidad- entre el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y el presidente municipal de Guadalajara, Jesús Pablo Lemus Navarro, ambos del partido Movimiento Ciudadano, pero de grupos políticos diferentes que hoy se han abierto como no había sucedido desde 2015 cuando ambos llegaron a las alcaldías de Guadalajara y Zapopan, respectivamente.

Para nadie es desconocido que Lemus Navarro se “cobijó”, se aprovechó y “utilizó” para su beneficio la entonces popular figura de Alfaro Ramírez para ganar la presidencia municipal de Zapopan en 2015 y reelegirse en 2018. Fue hábil para “colgarse” del apellido Alfaro en ambas elecciones, principalmente en las calcas y propaganda que manejó durante las campañas políticas respectivas. Y, por supuesto, a ello le debe su triunfo y la amplia ventaja que sacó a sus adversarios de otros partidos.

Pero Jesús Pablo no solo se aprovechó de la figura del hoy gobernador sino que se ha “vendido” también como un político sin afiliación a partido alguno, no obstante que desde la presidencia de la Coparmex, en su ambición por ser presidente municipal de Guadalajara o Zapopan, “coqueteó” con el PRI, luego con el PRD, después con el PAN, hasta que logró “seducir” a Movimiento Ciudadano y lo hizo “picar el anzuelo” para que lo postulara como candidato al gobierno de la ex Villa Maicera.

Ya en el cargo supo moverse en el laberinto “naranja”, convertirse en una de las figuras populares a través de la explotación de las redes sociales en las que invirtió millones de pesos a través de las empresas de comunicación favoritas del alfarismo, aunque de manera sigilosa se fue ganando la animadversión de varios emecistas que advertían su oportunismo y, aseguraban, el incumplimiento de los compromisos adquiridos, siempre sacando el mayor provecho personal de ellos, aún y cuando para ello tuviera que mentir públicamente y le costara el desmentido de sus aliados o colegas de partido, como lo hemos evidenciado aquí en Marcatextos.

El primer serio, fuerte y público enfrentamiento que Lemus tuvo con Alfaro -presidente municipal contra el gobernador-, fue por el caso de la habitabilidad de la Villa Panamericana. Abiertamente Jesús Pablo confrontó a Enrique, y hacia el exterior quedó en mejor posición que el Mandatario estatal en este tema, a quien no le ha quedado otra salida que apoyar de palabra a quien dicen que le prometió lealtad y fidelidad permanente, pero que en los hechos no ha cumplido.

Asimismo, en los corrillos “naranja” no pasa desapercibido que Lemus Navarro aprovecha para su beneficio personal el enfrentamiento que Alfaro Ramírez mantiene con los medios de comunicación, a los que él -como Alfaro lo hizo antes de ser presidente municipal de Guadalajara- los tiene seducidos y éstos se mantienen cautos -como lo hicieron con Alfaro en su momento- para atreverse a hacerle críticas o señalamientos de las irregularidades detectadas en su gobierno. Por el contrario, como lo hicieron con Enrique Alfaro, le dan foro, lo colocan favorablemente en la vitrina mediática, permitiéndole ofertar la imagen de ser el gran “salvador” de Movimiento Ciudadano para el 2024.

Sobre decir que todo esto es consecuencia de la contundente “caída” que sufrió el Grupo Compacto de MC por la inesperada declinación de Ismael del Toro como candidato a reelegirse en la presidencia municipal de Guadalajara. Y de ésta se ha aprovechado Lemus Navarro y su grupo Coparmex, le han sabido “sacar jugo” y “raja” política, dando la impresión en no pocas ocasiones que tiene políticamente contra la pared al gobernador Alfaro y a su grupo, y que los amagan con el mensaje de que si no es con ellos, no podrán retener el poder en la próxima elección. Incluso, nunca se había visto que un presidente municipal se le enfrentara de esta manera, abiertamente, al gobernador en turno siendo del mismo partido. En su momento lo hizo don Gabriel Covarrubias Ibarra con don Guilermo Cosío Vidaurri -y hasta con el gobierno federal en aquel asunto de las tarifas de la CFE-, pero de manera elegante, políticamente correcto, dándole su lugar al Mandatario estatal, pero dejando en claro que quien gobernaba Guadalajara era él.

Ahora no. Lemus Navarro parece disfrutar que los medios de comunicación hablen y destaquen -en ocasiones alentándolo él mismo-, su enfrentamiento con Alfaro, principalmente, que lo coloquen al mismo nivel y que, incluso, lo ubiquen como el gran ganador de esta disputa, lo que creo que no debe de ser muy del agrado del inquilino de Casa Jalisco.

Efectivamente, lo que nadie puede negar es que hay hondas diferencias entre Alfaro y Lemus -aunque ellos se esfuercen en negarlo o “maquillarlo”-, pero no es nada que sorprenda. Desde que el munícipe gobernaba por segunda ocasión Zapopan, se advirtió que en cualquier momento podría haber ruptura entre ellos, pronóstico que se fortaleció cuando Jesús Pablo se hizo de la candidatura a la alcaldía de Guadalajara y que se espera que suceda tarde que temprano. Cada vez es más evidente que los dos no pueden transitar por el mismo camino con rumbo al 2024, y en lo que se conoce como los movimientos políticos naturales, es esperado que Lemus se sacuda a Alfaro para no cargar con los negativos que éste tiene ante la ciudadanía.

Y lo que fue el tema principal la semana pasada en los espacios de opinión, no pasó desapercibido para la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano que encabeza Dante Delgado, quien sin duda en su reciente visita a Jalisco se dio cuenta de lo que realmente sucede al interior de su partido en Jalisco, y echó a andar un operativo de propaganda en redes sociales, destacando la labor de Enrique Alfaro como gobernador.

Esta historia aún no concluye, y día a día las señales sobre el diferendo entre Jesús Pablo Lemus y Enrique Alfaro son más claras y evidentes. En otra entrega haremos referencia de los mensajes que ambos políticos, que parece ya no caben en el mismo proyecto, se han encargado de enviar a propios y extraños. La pregunta que deja todo lo sucedido días atrás es: ¿se impondrá el gobernador como jefe político que es en el estado y quien hace y deshace dentro de Movimiento Ciudadano en Jalisco o el presidente municipal de Guadalajara lo retará y mantendrá su postura de medir fuerzas con el Mandatario estatal, sabedor de que tiene a la mayoría de los medios de comunicación de su lado?

Al tiempo…