Alfonso Javier Márquez
Ahora resulta que los medios de comunicación tienen la culpa de que Acción Nacional en Jalisco no esté en la simpatía de la sociedad. El presidente del PAN en Jalisco, Eduardo Rosales Castellanos perdió de vista su posición como dirigente de un partido políticos, olvidó su objetivo que es que sus candidatos ganen las elecciones y se lanzó contra los medios de comunicación a los que llama “poco serios” y contra los periodistas y analistas políticos.
Y todo porque la mayoría de los medios ya están hartos de las estrategias poco morales del PAN para preservarse en el poder y producto de ello en este proceso electoral la guerra sucia que le sirvió para ganar los dos últimos procesos electorales no le 0funcionó de la misma manera para hacer caer a los candidatos del PRI de la preferencia electoral, por lo menos no funcionó en la misma proporción.
Y lo hizo públicamente, en una entrevista con Agustín del Castillo y Rubén Martín de Notisistema, a quienes les dijo que “tenemos los medios que merecemos” anteponiendo la frase “con todo respeto”. Pues con todo respeto, le digo al señor Rosales que no tenemos los políticos que como sociedad merecemos; por el contrario, tenemos un partido en el poder que se ha servido de la sociedad para hacer tropelías iguales o peores que las de sus antecesores. Que ante la imposibilidad de mantenerse en el poder gracias al trabajo de los funcionarios emanados del PAN recurren a la trampa, la mentira y la manipulación social. Además, en este proceso electoral, rebasaron una línea que hasta ahora ni los del PRI ni los mismos del PAN habían cruzado: la de faltarle el respeto a los periodistas.
En esta campaña el PAN ha echado mano de todo para presionar a los periodistas; hablando con los dueños de los medios de comunicación para que “paren” notas o magnifiquen algunas de ellos con el objetivo de ganarle la competencia mediática al PRI.
Acusan sin probar y pretenden que los periodistas les “compren” una versión a todas luces fabricada para ensuciar el proceso electoral en su favor. En la Procuraduría de Justicia del Estado no existe en ninguna parte de la denuncia por el homicidio de Ignacio Loya nada que lo relacione con el narcotráfico y no es papel de los medios convertirse en juez para sentenciar un muerto para achacárselo a un candidato.
Los periodistas que no estuvieron de acuerdo con sus estrategias, ahora son el objeto de los ataques pues en ese mismo programa Rosales declaró que “A mi me parece que cuando hay una decadencia moral y no hablo en términos religiosos, sino en términos de valores, esenciales de ya dejar de sorprenderse de que alguien reciba dinero del presunto narcotraficante, me parece que ya no se puede hacer nada; entonces, ¿Qué hacemos con estos medios?, estos medios tenemos y estos analistas tenemos, Agustín”.
Lo que no reclama Eduardo Rosales, es que la misma vara se utilizó en la mayoría de los medios de comunicación que no aceptaron entrar a la guerra sucia para guardar silencio sobre las pruebas que presentó la organización Conciencia Cívica sobre la corrupción de menores que si se practica en un bar de su propiedad y del que su hermano es prestanombres. Y la mayoría de los que lo hicimos, el no insistir en el tema, fue para no ensuciar el proceso electoral, que fue la misma causa por la que no nos prestamos a las intenciones del dirigente del PAN y del coordinador de campañas en Zona Metropolitana, Abraham González Uyeda.