En el momento en que inicie hoy la Asamblea o el Consejo Nacional -tengo duda qué es-del partido Movimiento Ciudadano, Samuel García Sepúlveda seguirá siendo su precandidato a la presidencia de la República -tal y como se registró-. Para dejar de serlo y oficializar lo que confesó a través de un oficio que ordenó -sin tener facultades para hacerlo- publicar en el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, hoy tendría que darse cuenta al pleno de los asambleístas o consejeros -sigo con la duda-, de que el gobernador con licencia notificó formal y oficialmente su decisión de retirarse de la contienda.
Si no lo hizo y no se concreta oficialmente ante el partido, García Sepúlveda puede, incluso, ser declarado oficialmente candidato -ya no precandidato- a la presidencia de la República e iniciar sus actos proselitistas de campaña… siempre y cuando para entonces no exista una denuncia en su contra por presuntos actos de corrupción.
Y es que contra lo dicho por él mismo y sus “jilgueros”, no hay garantía ni esperanzas de que pueda reasumir pronto la gubernatura. No al menos esta semana, auguraron desde Nuevo León.
Samuel García ha dicho que nada le impide regresar para asumir su función como gobernador. Ni siquiera el Congreso del Estado. Y así como él, muchos lo afirman, bajo el argumento de que no existe artículo en la ley que establezca que necesita de la autorización del Legislativo para reasumir su cargo. Pero quienes sostienen lo anterior, incluso el propio gobernador con licencia, ignoran la manera en que se solicitó y se aprobó la licencia. Y todo depende de una sola palabra que le da un giro total al futuro político de García Sepúlveda.
Y la explicación la dio ayer el propio presidente del Congreso de Nuevo León, Mauro Guerra, quien en una entrevista precisó por qué Samuel García no puede regresar cuando quiera y por qué sí requiere de la autorización del Legislativo para hacerlo. Dijo:
“Existe un Acuerdo del Congreso que dice que se le da (a Samuel García) licencia por seis meses, no hasta seis meses (…). Imagínate -le dice a la entrevistadora-, que se le hubiera dado de ‘hasta seis meses‘. Qué tal que nosotros la revocábamos antes, que a los 15 días nosotros le dijéramos: ‘gobernador, regrese porque explotó una nueva crisis en Nuevo León’. Él (Samuel) se cubrió, se cuidó, por seis meses…”.
El presidente del Congreso anunció que hoy lunes el pleno del Legislativo sesionará a las 11 de la mañana, y se le dará vista a todos los documentos que hayan llegado a la Oficialía de Partes en estos días, incluyendo los que haya entregado o enviado el gobernador con licencia, y se les dará el procedimiento que a cada uno corresponda, dándole el turno que le toca a la notificación de Samuel García de que quiere reintegrarse a su cargo.
Cuestionado sobre si le darán trámite a esta petición de Samuel García, el presidente del Congreso asentó que “hoy la licencia sigue en pie, porque no hay otro mandato en contrario del ministro de la Corte”. Aclaró que este asunto no es un tema de disposición o no de los diputados para darle pronto trámite, sino que es un asunto de cumplir con lo que dice la ley.
Mauro Guerra aclaró que no hay ningún impedimento para que Samuel García regrese, pero “no es cuando él quiera. Y subrayó que existe un acuerdo unánime de los diputados que tiene una vigencia. “Ese Acuerdo (de la licencia) se tiene que revocar, cumpliendo con la ley y la sentencia de la Suprema Corte y el Tribunal Electoral, no como lo quiere una sola persona desde el despacho de su casa”.
Como lo aclaró el presidente del Congreso, la clave para determinar y definir cuándo Samuel regresa a reasumir su cargo como gobernador en funciones está en una sola palabra: “Hasta…”. O sea, García Sepúlveda solicitó su licencia por seis meses, y el Congreso se la autorizó y designó a un gobernador interino por ese mismo plazo: medio año. Si Samuel quiere volver antes, deberá de notificárselo al Congreso -como ya lo hizo-, pero los diputados no están obligados a aprobarlo inmediatamente e, incluso, hasta podrían rechazarle su solicitud.
En una palabra, Samuel García regresará a ser gobernador en funciones hasta que el Congreso lo apruebe y revoque el nombramiento de Luis Orozco como gobernador interino. Pero también la Legislatura podría no aprobarla e, incluso, aquel corre el riesgo hasta de no volver a ser gobernador si durante su licencia se le fincan responsabilidades por presuntos actos de corrupción, lo que no sólo le impediría reasumir el cargo sino hasta ser candidato a la presidencia de la República.
Así, de ese tamaño es el garrafal error cometido por un soberbio Samuel García que aún después de todo lo sucedido sigue peleándose con quienes controlan el Congreso del Estado y tienen su futuro político en sus manos.
Por tanto, que no nos extrañe que se registren estos tres escenarios en los próximos seis meses: 1. Que el Congreso revoque de inmediato el nombramiento de gobernador interino a Luis Orozco, que podría ser en esta semana que hoy inicia; 2. Que decida no aprobar su solicitud y lo obligue a cumplir la licencia por medio año; y 3. Que en su calidad de gobernador con licencia le finquen responsabilidades por presuntos actos de corrupción y no regrese a concluir los cuatro años que le restan como gobernador, enfrente las denuncias en su contra y que, incluso, pueda ser encarcelado si se le comprueban los ilícitos por los que sea acusado.
Y si no, al tiempo…