Hace poco más de 15 días el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo en Guanajuato, y ante el gobernador panista Diego Sinhué Rodríguez, declaró:
“En vez de estas echando la culpa unos a otros, se ha decidido sumarnos para dar seguridad al pueblo de Guanajuato. Ya se está aplicando una estrategia conjunta encabezada por el gobernador…”.
Para sorpresa de propios y extraños, el gobernador se “dobló” ante el presidente: “Por eso cambio mi postura, señor Presidente. Hay que decirlo porque también usted lo ha señalado: es de sabios reconocer. Yo mencioné que no asistía a las mesas de seguridad y que ni asistiría. Hoy (…) cambié mi postura, reconozco que eso no le abona nada a la construcción de la paz. Tomé la decisión de asistir todos los días, inclusive los sábados y domingos, por una sencilla razón: creo que más allá de posturas políticas o defensas personales, está la seguridad de los guanajuatenses…”.
De acuerdo al periódico La Razón, sin que los microfonos captaran el diálogo, López Obrador le dijo: “Mi góber, ahí estamos. Te encargamos lo de seguridad, tú eres el coordinador”. A lo que el Mandatario estatal respondió: “Todos los días”. Y López Obrador remató dirigiéndose al secretario de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño: “¿Verdad Alfonso, que él es el coordinador?”.
La madrugada de ayer, fue detenido en el municipio de Juventino Rosas, Guanajuato, José Antonio Yépez Ortiz, alías “El Marro”, jefe del cártel huachicolero “Santa Rosa de Lima”, que violentó la vida de los guanajuatenses con un alto número de muertos y había puesto en “jaque” a gobiernos municipales y habitantes de una extensa zona de la entidad vecina.
Se destacó que este “golpe” fue resultado de un trabajo coordinado entre el gobierno federal y el estatal, trabajo que, por supuesto, no inició 24 horas después de la visita presidencial.
Al día siguiente de visitar Guanajuato, López Obrador estuvo en Jalisco donde emitió un mensaje similar al del día anterior. Dijo: “El propósito de mi visita es entendible, aquí hemos enfrentado a la delincuencia organizada, aquí es la sede de uno de los grupos de la delincuencia organizada en Jalisco, y se está trabajando de manera coordinada, aquí desde el principio el gobernador Enrique Alfaro se ha hecho cargo de coordinar las mesas que se reúnen todos los días para tratar el tema de la seguridad…”.
Alfaro Ramírez ese día cambió de tono su discurso frente al presidente López Obardor, ante quien sudando coiosamente dijo: “Asumo con enteresa y humildad la responsabilidad de corregir lo que yo he hecho mal. Usted tiene mi respeto y mi aprecio…”.
Si luego de la visita presidencial a Guanajuato se concretó la captura de “El Marro”, ¿debemos esperar en Jalisco un “golpe” similar tras la presencia de López Obrador en estas tierras? ¿O en Jalisco, “sede de uno de los grupos de la delincuencia organizada” -como dijo el presidente-, la cosa no es tan sencilla, pese a que a diferencia del de Guanajuato, el Mandatario jalisciense ha encabezado todos los días la mesa de seguridad? ¿Debemos de entender la fórmula: “visita presidencial + las paces = captura de jefe de cártel”? ¿O aquí las hondas diferencias entre el presidente y el gobernador dificultarán un buen trabajo coordinado para combatir exitosamente al crimen organizado?
Por supuesto que un hecho de la magnitud de la aprehensión de uno de los delincuentes -“El Marro”- más buscados en el país, no puede trivializarse como resultado de una visita o de que los gobernadores hagan las “paces” con el presidente, pero sabemos que en política no hay coincidencias y que hay señales que no necesitan mayor explicación.
Así, pues, si aquella visita presidencial a Guanajuato tuvo este exitoso “golpe” como consecuencia, ojalá y que para Jalisco pronto tengamos buenas noticias.
Al tiempo…