Cuando en un desplegado uno -o varios- de los “abajofirmantes” se deslinda bajo el argumento de que nunca conoció el contenido del texto, que nunca lo consultaron y, lo peor, que nunca estampó su firma, las cosas no están bien y abre muchas sospechas de cómo se procesó el manifiesto que se hizo público.

Eso sucedió ayer con el desplegado que la Alianza Federalista de Gobernadores -de la que forma parte Enrique Alfaro Ramírez- hizo público, pero al que extrañamente no quisieron -¿por temor?- poner como destinatario directo al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues lo que ahí piden sólo él puede ejecutarlo.

De entrada, entre los gobernadores firmantes incluyeron el nombre del de Chihuahua, Javier Corrar Jurado, cuyo cuenta oficial de su gobierno en redes sociales se deslindó del desplegado y su contenido:

“Con relación al Comunicado emitido hoy por los integrantes de la #AlianzaFederalista, donde se plantea, entre otras cosas, la renuncia de @HLGatell, el gobernador @Javier_Corral aclara que no participó de la discusión ni conoció el texto en el que, por error, se incluyó su firma”.

¿De veras lo incluyeron “por error” o a final de cuentas el panista reculó?

Sobre el temor de los “abajofirmantes” de mencionar al presidente López Obrador, es extraño que no se lo hayan dirigido directamente a él cuando exigen el cese del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. ¿O no es el presidente de la República el único que puede despedirlo? O ya cuando menos su jefe jerárquico, el secretario de Salud. Pero ni a él dirigieron el desplegado.

El punto central del desplegado es ese, y lo plantean de la siguiente manera:

“(…). Los gobernadores de 40 millones de mexicanos y mexicanas -se les hizo muy poco decir “10 gobernadores” y prefirieron mencionar a “millones”-, demandamos al Gobierno Federal la salida inmediata de Hugo López-Gatell, y que se ponga al frente a un experto en la materia, con conocimiento y humildad para entender en toda su dimensión los temas de esta crisis de salud tan graves como la que estamos viviendo…”.

Y agregan: “La emergencia sanitaria exige no solamente de un especialista sino de un perfil con sensibilidad, inteligencia y un alto sentido de responsabilidad que el señor Gatell carece…”.

¿Por qué si exigen la salida de López-Gatell no dirigieron el desplegado directamente a López Obrador y lanzan su exigencia al aire, de manera muy generalizada al decir “demandamos al Gobierno Federal”, cuando el propio subsecretario de Salud es parte del “Gobierno Federal”?

Pero como era de esperarse, la primera pregunta que le plentearon a López-Gatell en la rueda de prensa vespertina fue su opinión sobre este desplegado, y como no queriendo, de manera elegante, tejiendo fino, el funcionario federal le respondió a sus detractores de la siguiente manera:

“Les incomoda mi trabajo… Tienen sentimientos de frustración, de enojo, porque involucra el éxito o no éxito del trabajo contra la pandemia… Tienen presión de proteger la economía y eso les puede provocar un gran estrés… Nuestro respeto, entendemos el sentimiento y dificultades que enfrentran y tratan de encontrar en el otro el desfogue de esas inquietudes. Ojalá y podamos seguir colaborando como hasta ahora…”.

Sin duda fuerte la respuesta de López-Gatell cuando considera que el contenido del texto de los gobernadores responde a “sentimientos de frustración y enojo” y el “estrés” que les provoca la presión de proteger su economía.

Pero valga una pregunta en el caso de Alfaro Ramírez: ¿Qué tiene qué reclamarle a López-Gatell? ¿Por qué exige su renuncia si nunca ha hecho caso a sus indicaciones; cuando él mismo declaró que Jalisco seguiría su propio camino en contra del coronavirus y que no le haría caso al gobierno federal; cuando presume que el “éxito” en la lucha contra el Covid-19 es porque la estrategia de Jalisco ha sido propia y desligada de la Federación?

Ah, por cierto, los gobernadores que piden la salida de Gatell son los mismos que disfrutaron la semana pasada del festejo -en plena pandemia- que organizó para ellos y 500 personas el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, en la Ex Hacienda San Gabriel de Barrera, con todo y estudiantina. Hay que preguntarle a Enrique Ibarra cómo estuvo la “pachanga” si es que se quedó, pues él asistió en representación de Enrique Alfaro.

Así, pues, como que hay cosas que no cuadran, pero cuando se trata de politizar la pandemia y sacar “raja política” de una emergencia como ésta, todo es posible.