Eran otros tiempos. Hace 10 años. Andrés Manuel López Obrador y Enrique Alfaro Ramírez eran aliados políticos, hacían mancuerna, asistían juntos a reuniones y encuentros con diversos sectores de Jalisco con miras a un lejano proceso electoral del 2012, pero ya en plena campaña con el llamado Proyecto Alternativo de Nación.

En aquellas fechas, hasta de fotógrafo la hacía Alfaro Ramírez para López Obrador, capturando la imagen inolvidable para el simpatizante lópezobradorista que quería perpetuar su encuentro con la figura política del momento (fotografía que acompaña este texto), tras una reunión con el Consejo de la Cámara de Comercio, un día de octubre del 2010, cuando el presidente era Miguel Alfaro Aranguren, primo del hoy gobernador.

Pero después de aquella elección, la de 2012 cuando López Obrador la perdió contre Enrique Peña Nieto y Enrique Alfaro fue derrotado por Aristóteles Sandoval en la contienda por la gubernatura, ¡todo se derrumbó! La alianza se rompió… para siempre.

Quiso el destino que ambos personajes, seis años después, llegaran a los cargos que otra vez disputaron con un triunfo en las urnas: López Obrador a la presidencia de la República y Alfaro Ramírez a la gubernatura de Jalisco. Pero de aquella alianza… ni sus cenizas quedaron.

La historia posterior de desencuentros, que se agudizó durante la campaña del 2018, es por todos conocida. Pero ya en el poder, Enrique Alfaro ha querido, si no reestablecer la alianza, sí la relación. Sin embargo, del otro lado, de López Obrador, lo único que ha recibido es rechazo, indiferencia y quizás hasta desprecio. Los esfuerzos del Mandatario jalisciense por recibir un “guiño” sincero, auténtico, real, de su otrora aliado, han sido infructuosos.

¿Cuántas veces no hemos escuchado de Alfaro en sus discursos un “nosotros queremos ayudarle al Presidente…”? Pero el Presidente no ha tomado nota del reiterado ofrecimiento, no lo ha registrado y ni siquiera lo ha agradecido. Lo ignora.

Sólo mencionemos las más recientes:

  1. Entrevista con René Delgado, del Grupo Reforma (16/06/202): “Nosotros queremos dialogar, no queremos pelear, no somos enemigos del Presidente, queremos sumar (…). Yo no soy su enemigo, no estoy del lado de los conservadores (…). Yo no quiero pelearme (…). De mi parte está la mano extendida , mi disposición para reconocer si cometí un error…”.
  2. Ante el propio López Obrados en su visita a Jalisco (16/07/2020): “Queremos apoyarlo desde Jalisco en el proceso de transformación que usted encabeza, porque coincidimos en la necesidad de desmantelar el viejo régimen y reconstruir la país desde sus cimientos. Lo digo de corazón, sólo pedimos ser escuchados (…). Voluntad de nuestra parte para respaldar el proyecto de nación que usted encabeza y que representa la esperanza de millones de mexicanos…”.
  3. Videomensaje contra el subsecretario Hugo López-Gatell (03/08/2020): “Lo que el gobierno de Jalisco quiere es tener un esquema de coordinación con el gobierno federal que le sirva al pueblo de México. Queremos ayudarle al presidente a enfrentar la emergencia sanitaria…”.

De todos estos recientes ofrecimientos, López Obrador no ha aceptado ninguno. Reitero: ni siquiera los ha registrado y, mucho menos, respondido. La conclusión que podemos sacar es: Andrés Manuel no quiere nada de Enrique Alfaro. Y nada, es nada. No hay una respuesta ni siquiera de cortesía. Y es que, dicen quienes lo conocen, López Obrador no olvida. Y este seguramente es uno de esos casos.

Por otro lado, el ofrecimiento alfarista de querer apoyar a López Obrador prácticamente siempre va acompañado de un “golpe”, de una crítica, de un reclamo, de una recriminación, de una “valentonada”, que pretende matizar con un: “no quiero pelear”, “no queremos pleito”, “no queremos confrontación”…

¿A dónde voy? A plantear de nuevo lo que reiteradamente he preguntado: ¿Qué costo tendrá para Jalisco la postura de Alfaro frente al gobierno lópezobradorista? ¿Qué consecuencias tendrá para el estado que mientras se alaba al Presidente se “golpea” a su administración y a sus colaboradores? ¿De cuántas reuniones hemos sido testigos aquí en Jalisco de integrantes del gabinete federal con el Ejecutivo estatal, como señal de apoyo a la entidad o de apoyos en concreto? Los apoyos recibidos son los mismos que para otras entidades: los programas sociales a sectores en concreto de la población. No más. ¿Qué respuesta ha recibido el empresariado jaliscienses a sus peticiones de apoyo y auxilio al gobierno federal? También pagan las consecuencias de estos diferendos.

De nada sirve que Alfaro declare que quiere ayudar a López Obrador y a su gobierno si por otro lado hay un discurso de confrontación y las palabras no se traducen en hechos.

Tiene razón Alfaro cuando se queja de que el gobierno federal ha dejado solo a Jalisco en la lucha contra la pandemia, cuando denuncia que no ha recibido apoyo económico, cuando se lamenta de que el presidente no lo escucha y ni siquiera la llamada le toma… Es la verdad. Pero, ¿quién es el responsable de que así sea?

Creo que pensar prematuramente en el 2024 tendrá un alto costo para Jalisco y los jaliscienses. Y si no, al tiempo…