Ricardo Villanueva Lomelí, ¿quiere ser candidato a la presidencia municipal de Guadalajara o desea continuar como rector general de la Universidad de Guadalajara hasta que concluya su período estatutario?
Si quisiera esto último, ¿por qué no decirlo categóricamente para dar certidumbre a la comunidad universitaria, para desengañar a Claudia Sheinbaum y a Mario Delgado, para decirle a los jaliscienses que continuará al frente de la segunda universidad más importante del país, para despejar cualquier duda y frenar las especulaciones que se han generado al respecto desde hace meses atrás?
Pero si es lo primero, seguramente ya hizo una reflexión personal muy profunda de los pros y contras, y del trascendente paso que va a dar para que no sea en falso; sin duda ya lo platicó con su familia que debió de haberle dado todo el apoyo en su decisión, y ahora se da a la tarea de consultar a la comunidad universitaria, por sentir la obligación de hacerlo y reconocer que no es una decisión que debe de tomar solo, por las repercusiones y consecuencias que tiene.
Por supuesto, si su deseo es ser candidato, quiere serlo con el apoyo y respaldo de toda esa comunidad de la Universidad de Guadalajara, pues las encuestas difundidas le han dicho que tiene la preferencia de los tapatíos. Así lo reconoció él mismo en su mensaje emitido el viernes a través de sus redes sociales: “Es un altísimo honor que en el animo social me favorezcan muchos estudios de opinión (…), después de la experiencia con la derrota que viví en el 2015 en Guadalajara. Ahora ver que los tapatíos me consideran una buena alternativa para presidirlos, lo agradezco muchísimo”.
Y luego añadió: “Lo reitero: Este ánimo social es sumamente honroso para mí y mi familia, pero quiero ser muy enfático: Siempre he tenido muy claras mis prioridades y mi responsabilidad como Rector General en este momento histórico que estamos viviendo. Mi primer prioridad es la Universidad, mi segunda prioridad es la Universidad y mi tercer prioridad es la Universidad…”.
Si para ser candidato ya tiene lo primero, que es el “ánimo social” de los tapatíos para que los gobierne, ¿qué más necesita Villanueva Lomelí que no sea aceptar la postulación para confirmar en las urnas lo que hoy reflejan las encuestas?
Primero necesita tiempo. No tanto para consultar a la comunidad universitaria -que finalmente lo hará en este período vacacional-, sino para esperar a que se concrete lo que tiene que concretarse para garantizarle a la Universidad de Guadalajara un futuro más promisorio y, principalmente, un cierre de gestión al frente de la Rectoría sin sobresaltos: que el Congreso del Estado, de mayoría emecista, apruebe el presupuesto universitario con el incremento anunciado por el gobernador Alfaro como primer paso para alcanzar el presupuesto constitucional, y que se apruebe éste último también.
En una palabra, Ricardo Villanueva necesita asegurar que eso quede “amarrado”, pues “de buenas intenciones están llenos los panteones”, dice el dicho.
Pero para que, como él dijo, esta iniciativa y lo que conlleva llegue “a buen puerto”, ofrece a los diputados “neutralidad y objetividad a la que hoy me obliga mi condición de Rector General, de una universidad plural y diversa”. O sea, les dice a los legisladores que no lo vean ya como adversario político porque aún no ha decidido si contiende o no. Pero les adelanta que en caso de que acepte ser candidato, “vamos a garantizar el pleno respeto a los derechos político electorales de toda la comunidad, para que participen con toda libertad en cualquier partido o expresión política…”.
Valga subrayar que no es novedad que Ricardo Villanueva decida hasta enero si acepta o no ser candidato, pues es la fecha que semanas atrás le dio a Claudia Sheinbaum y a Mario Delgado, pues si bien estaba en puerta la celebración de la Feria Internacional del Libro, su prioridad era lograr un buen presupuesto para el año próximo. Pero la duda que queda es si sabía o no lo del presupuesto constitucional, pues con la iniciativa sobre la mesa de los diputados, si rechaza ser candidato a la alcaldía de Guadalajara se creerá que con esta “oferta” se estará sometiendo a los deseos del inquilino de Casa Jalisco y rechazando el “ánimo social” de los tapatíos que mayoritariamente le es favorable, según las últimas encuestas.
Por lo pronto, hasta el momento he recogido de algunos universitarios sus deseos por ver a su rector general en la boleta electoral.