El asesinato del secretario de Turismo, J. Jesús Gallegos Álvarez, a nueve días de su designación, fue un hecho fortuito en el arranque del gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz quien, sin embargo, tendrá que actuar con inteligencia y rápidamente para evitar que sucesos extraordinarios opaquen sus primeras acciones de gobierno.
El gobierno aristotelista quizás no fue como se esperaba al tener su primer “tropiezo” 24 horas antes de arrancar, cuando de último momento tuvo que cambiar a su candidato para encabezar la Fiscal General del Estado y que obligó a presentar una reforma a la recién aprobada reforma constitucional por el Congreso del Estado para dar paso a la reestructuración del Ejecutivo, pues la iniciativa avalada inicialmente por los diputados y los Ayuntamientos impedía ser fiscal a Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, quien llega al cargo con “calzador”.
Hoy esta reforma a la reforma aun no es aprobada por el Legislativo, aunque podría ocurrir en los próximos días.
Previamente, Sandoval Díaz tuvo que enfrentar una andanada de versiones que aseguraban que la llegada de Arturo Zamora Jiménez a la secretaría general de Gobierno  fue una imposición del “centro” y que el ahora senador con licencia será el poder tras el trono, versiones que los involucrados han dejado correr y que apenas si han hecho una tibia aclaración sin mayor trascendencia.
Antes de tomar posesión de la gubernatura, Jorge Aristóteles tuvo que hacer ajustes a su gabinete de manera por demás forzada y sorpresiva sin que hasta el momento se conozcan las razones. Ahora, apenas transcurrido poco más de una semana de iniciada su gestión, el Gobernador tendrá que hacer otro ajuste en su equipo de colaboradores, esta vez obligado por la tragedia que significó el asesinato de su Secretario de Turismo.
El gobernador Sandoval Díaz tendrá que actuar con rapidez para que este crimen no lo persiga a lo largo de su sexenio.
Sin duda que el asesinato de Gallegos Álvarez no sólo obligará al Ejecutivo a nombrar un sustituto, sino que quizás -como el entrenador que se ve obligado a ajustar su estategia tras la expulsión de uno de sus jugadores en los primeros minutos del juego- tenga que modificar la agenda que tenía preparada para los tan mencionados primeros cien días de su gobierno.
Porque sin duda que dicha agenda no podrá ser la misma que se tenía preparada hasta antes del crimen. No puede ni debe ser la misma. Lo sucedido el sábado por la tarde así lo obliga.
Durante los siguientes días -independientemente del curso que sigan las investigaciones del asesinato-, el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz estará a prueba para confirmar su capacidad de reacción ante un evento como el que enfrenta.