Por Hugo Luna

En su gran mayoría de actores políticos que ocupan las carteras más importantes del gobierno estatal, en el pasado se caracterizaron por ser activistas “ciudadanos” que actuaban en función de cualquier problema que aquejara a la ciudad.

Basta recordar aquella manifestación de las mujeres de negro, que clamaban y exigían en su momento al entonces Gobernador, Carlos Rivera Aceves; que pusiera fin a la ola delictiva que azotaba a Jalisco.

Años más atrás aquel grupo de vecinos de La Estancia que se opusieron al proyecto de vialidades que impulsaba en su momento el Alcalde de Zapopan, Jorge Humberto Chavira Martínez y con el tiempo se hizo en la gestión del primer gobernador panista, Alberto Cárdenas Jiménez.

Cito brevemente estos hechos, por que hoy en día las autoridades de Vialidad y Transporte quieren formalizar una ocurrencia como política de movilidad urbana mejor conocida como Viaducto López Mateos.

El secretario del ramo, José Manuel Verdín Díaz se ha convertido en un inquisidor de un centenar de ciudadanos que también son automovilistas, pero con un compromiso social por su comunidad.

Expresiones en el sentido de no contar con la representación total de la sociedad hacia estos hombres y mujeres que lo que buscan es contribuir a detener el deterioro en la calidad de vida de miles de jaliscienses. Es lo que no entiende Verdín Díaz, como han pasado los años; cuando este funcionario se rasgaba las vestiduras siendo oposición y también como ferviente activista “ciudadano”.

Señor Secretario: ser ciudadano se requiere mantener la voz y ser un gran constructor de acuerdos por el bienestar de todos y no de unos cuantos como usted trata de hacerlo. Ser ciudadano es actuar, participar, es dialogar con todos aquellos que disienten, como usted, señor secretario que ha minimizado las voces nuestras, la de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y demás expresiones colectivas.