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Dos Caras
Por Hugo Luna

En su gran mayoría los Dirigentes Sindicales en nuestra entidad, son poseedores de una suerte bizarra de candil de la calle y oscuridad de su casa. Esta parte del movimiento obrero vive una aparente luna de miel con el Gobierno Estatal de Emilio González Márquez.

Algunas Centrales Obreras locales manifiestan un día sí y otro también. Amenazan con la solicitud de un aumento salarial, exigen el control de precios en los productos de la canasta básica, ¡ bueno! hasta la renegociación del TLCAN y todo lo aderezan con la amenaza de un paro general.

No tienen el poder para realizar un paro general, pues si bien la Confederación de Trabajadores de México (CTM) ha perdido importancia desde cuando el PRI tuvo que abandonar el Gobierno Federal y por supuesto el de Jalisco, lo cierto es que siguen siendo centrales obreras de muchísimo mayor tamaño y capacidad de movilización.

Piden, quizás a sabiendas, cosas que no son facultad del Gobierno Estatal o son abominaciones económicas. La renegociación del TLCAN o el congelamiento de precios son facultades del Congreso de la Unión. Quizá no se lo han solicitado, pues se han dado cuenta de que sería nefasto para sus agremiados, aun cuando estos liderazgos se están prestando para el interés político.

Los controles de precios sólo han servido para que quienes menos tienen se encuentren en una situación muchísimo más complicada, porque generan acaparamiento, desabasto y mercado negro que aumenta los precios en detrimento de los que menos tienen.

Mientras que algunos líderes han hecho un frente estoico, hay algunos, quienes tienen una posición pública y otra en el interior de la empresa con quien ostentan el contrato colectivo de trabajo.

Hay sindicatos que han construido acuerdos con sus respectivas administraciones, que parecen vergonzosos a otras organizaciones sindicales.

La razón es muy sencilla, todo representante gremial, sabe que la mejor receta para sus afiliados es entrar en temas de productividad, competitividad y necesariamente pasan por aumentar la edad de jubilación y otros que, en el discurso, parecen inaceptables.

Es necesario tener claro que algunos dirigentes sólo usan políticamente a otros movimientos obreros, con el fin de obtener ventajas políticas. El problema es que líderes poco inteligentes ponen en riesgo a sus agremiados. (Hugo Luna)