Como legislador, de la mano de los diputados de una fracción o de otra, o de varias, ha obtenido logros importantes con la aprobación de iniciativas presentadas por sus antecesores que él ha sabido retomarlas, pero que al ser aprobadas en ésta legislatura las ha vendido mediáticamente muy bien, algunas como suyas aunque la mayoría se las adjudican sin que lo hayan sido, como la desaparición del fuero y la reducción al financiamiento a los partidos políticos -por mencionar las más llamativas-, que ya he dicho -de ésta última- que sigue siendo muy favorable para los partidos.
Pero precisamente Kumamoto tiene una tarea aún no terminada como diputado: lograr que su iniciativa “sin voto no hay dinero” se extienda al resto del país, como él mismo lo ha declarado. Y desde la presidencia municipal de Zapopan -en el hipotético caso de que ganara-, eso siempremente no sería posible y su proyecto fracasaría y quedaría trunco.
Como legislador local se ha ganado ya la atención de los medios de cobertura nacional y sin duda que en San Lázaro sería un referente. Vamos, ya tiene un lugar en los medios de comunicación ganado. Su habilidad personal le da también para sumar el apoyo y la simpatía de legisladores de otros partidos, comenzando por los jaliscienses que pudieran formar parte de la próxima legislatura federal.
Como legislador federal, Kumamoto tiene un terreno más fértil qué trabajar con éxito, pues, reitero, una amplia ventaja es que logró traspasar mediáticamente los límites de Jalisco.
Así, pues, salvo que Pedro Kumamoto “pierda la cabeza”, apuesto a que su siguiente paso será buscar llegar a San Lázaro, a la Cámara de Diputados, por ese distrito 10 que creo le daría los votos suficientes para lograrlo, salvo una verdadera sorpresa que confirmaría que en 2015 la mayoría de votos naranjas fueron para él.
Al tiempo.