Alfonso Javier Márquez
Hay varios casos que ilustran como se manejan las políticas públicas en Jalisco.
Uno de ellos, el del Centro Integral de Comunicaciones que opera el servicio de emergencias 066 donde, protegido, quien sabe por quién, el encargado Héctor Navarro Nava, tiene un desorden que ha costado vidas humanas; el caso mas reciente, el de las nueve personas asfixiadas y quemadas en el centro de Zapopan hace dos semanas. Y nadie hace nada, y estos que son crímenes de negligencia se quedan en la impunidad.
Otro caso es el de la Secretaría de Salud cuyo titular, Alfonso Gutiérrez Carranza conduce con la pericia de un elefante –nada que ver con su apariencia física-. El desatino con el que lleva la secretaría no es nada nuevo ni producto de factores políticos como el gobernador lo ha pretendido matizar. El rechazo social ha elevado la permanencia del secretario a niveles de crisis política y sanitaria en la entidad. Están fuera de control el dengue y la influenza humana y en el gobierno hablando pausado pretenden que nada pasa en estos temas. Podríamos seguir encontrando casos en los municipios, comenzando con Zapopan y terminando con Tlajomulco.
Esta es una de las características de los gobierno del PAN. En alguna etapa de la capacitación que reciben los adherentes que después serán militantes les enseñan un concepto completamente equivocado de lo que es la sensibilidad. Quienes gobiernan parecen entender que sensibilidad social es la capacidad de mantener personas o decisiones en contra de lo que la gente quiera.
El Macrobús es otro de esos ejemplos. Independientemente del debate sobre si es o no ese sistema de transporte la solución ideal a los problemas de movilidad, el hecho de que haya sido impuesto a chaleco y pasando por encima de lo que la mayoría quiere lo convirtió en otro de esos claros ejemplos de cómo el gobierno hace lo que cree que está bien para la gente, no lo que la gente necesite.
Quienes decidan los destinos de Acción Nacional. si es que se logran poner de acuerdo en noviembre cuando elijan dirigente estatal, tendrán que analizar con cuidado las causas de la derrota en el reciente proceso electoral. Probablemente esa, junto con la mentada de madre del gobernador, es una de las causas de la derrota ya que a nivel nacional opera básicamente la misma línea de pensamiento: el presidente decidió declarar la guerra a la delincuencia, sin medir si es lo que la gente quiera, independientemente de la conveniencia o no de esa medida.
La misma mentada del gobernador es una muestra de esa línea de pensamiento: “hago con el dinero lo que yo quiera y se lo doy a quien yo quiera, porque soy el gobernador”.
No es un asunto menor, el PAN tiene que comenzar por allí su análisis porque de allí parten algunas otras de las causas de la derrota. En el caso de Jalisco, el problema es que permanecerán al frente del partido exactamente los mismos que lo controlan hoy y que en parte llevan sobre sus hombros la culpa de la derrota.