Por Hugo Luna
Lamento que nuestro país siga sumido en el subdesarrollo. Porque las decisiones en materia económica son asumidas por políticos que buscan votos en el futuro inmediato y en contraparte hay funcionarios que no saben la ruta a seguir para impulsar el crecimiento.
Hay una propuesta por parte del PRI que radica en reducir el IVA del 16 al 15 por ciento. Y yo me pregunto ¿Por qué no reducimos el ISR a las pymes? Para impulsar el empleo, el consumo y el mercado interno. Hay que recordar que es nuestro talón de Aquiles.
El gabinete económico del gobierno federal no comprende el diseño de una estrategia recaudatoria adecuada, compuesta en impuestos al consumo y a la propiedad, por ejemplo; bajando el ISR, mismo que genere la inversión y el empleo.
Referentes en ese sentido existen en Chile, que tiene un 17 por ciento y 19 por ciento de IVA o Singapur con un 17 por ciento y 7 por ciento de IVA, ojo pero todos pagan.
Los funcionarios de la secretaría de Hacienda tienen una obsesión por mantener “buenas notas” como país con baja deuda. Existe una diferencia en el endeudamiento “moderado” aplicado en infraestructura, que en gasto corriente.
México tiene una deuda pública con respecto a 2009 de 37.7 por ciento del PIB, el promedio mundial es del 56 por ciento; Brasil, del 60 por ciento, Alemania, del 70 por ciento, Singapur, del 113 por ciento.
Pero es por la mayúscula inversión en infraestructura y capital humano (educación y tecnología), que son las rutas que los han llevado a ser países más competitivos del globo terráqueo.
Mire usted, en nuestra patria gastamos mal y a “manos llenas” y eso no permite realizar inversiones correctas. Nuestros políticos siempre privilegian la coyuntura que a lo estructural. Es decir prefieren el corto plazo, que a los planes transexenales.
Tiramos a la basura las recomendaciones internacionales que propician el desarrollo. Procuramos “descubrir el hilo negro” y lo que resulta de ese ejercicio es pésimo y vergonzante.
Porque estamos empeñando el futuro de miles de compatriotas que diariamente pierden la esperanza. Algunos prefieren recorrer el camino de la informalidad para medio vivir y otros la ilegalidad que cada minuto recluta a más.
¿Qué tenemos que hacer para tener políticos que antepongan primero al país y después su carrera política?
¿Cómo le haremos para tener servidores públicos humildes con capacidad de reconocimiento de todas las pendejadas cometidas y que representan costos adicionales al país?
La causa primordial es que adolecemos de una sociedad con valores y de escuelas que formen políticos y burócratas profesionales.
17 septiembre, 2010