¿Se encienden las “luces amarillas” a la megadeuda de 6 mil 200 millones de pesos o fue simplemente un “tope” con el que se encontró en su camino?

El pasado 22 de junio, ante la publicación en un diario de cobertura nacional de que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, recibió instrucciones del presidente Andrés Manuel López de no avalar deuda alguna a estados -se le negó a Querétaro-, so pretexto de enfrentar el coronavirus cuando en realidad serían recursos para utilizarlos en campaña, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez negó que ese fuera el caso de Jalisco y aseguró que “va caminando bien”.

Incluso, muy con su costumbre, declaró que “yo se que algunos se relamen los bigotes, inventan historias (…). Es parte de esto que se quiere generar de ruido y de un ambiente de confrontación (…). Nosotros vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esta idea de quienes quieren destruir, no pueda caminar”.

Y manifestó su confianza en el titular de Hacienda federal al que calificó de ser “un hombre serio”.

Sin embargo, ayer de manera sorpresiva se dio a conocer que se pospuso el Acto de Fallo que estaba programado en las bases para celebrarse a las 13:00 horas, y sin dar ninguna explicación en el comunicado el secretario de la Hacienda Pública estatal, Juan Partido Morales, notificó que se pasaba para el día 9 de julio, mientras que el acto de presentación y apertura de ofertas, agendado para el día 29 de junio se trasladó para el 7 de julio.

Pero como ya es también una costumbre en estas mesas que ha instalado el gobierno del Estado -son tantas mesas que ya hasta parece “antro”-, donde informa quien no debe hacerlo, el que salió a dar la explicación que debió dar, y no lo hizo, Partida Morales, fue el titular (agarre aire) del Comité de Evaluación y Seguimiento para el Ejercicio de la Deuda de 6 mil 200 millones de pesos, Augusto Chacón Benavides, también titular de la asociación “Jalisco como Vamos”.

La razón del aplazamiento, a decir de Chacón Benavides, fue porque “algunos bancos -no mencionó por su nombre cuáles- pidieron un plazo más largo”, sin precisar tampoco las razones.

Pero para sopresa de todos, Augusto Chacón contradijo lo declarado el pasado 25 de junio por el presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado y dirigente estatal del partido Movimiento Ciudadano, diputado Ricardo Rodríguez Jiménez, respecto a la participación del gobierno federal, a través de Hacienda, en lo relativo a esta deuda.

Chacón explicó por qué la Secretaría de Hacienda federal debe de dar su “visto bueno” a la megadeuda: “Por una simple razón: el aval que los bancos van a tener para que el crédito se pague son las participaciones federales”. (Líder Informativo 91.9 FM 01/07/2020). Así de claro.

Todo lo contrario declaró el diputado Rodríguez Jiménez en una entrevista con reporteros de la “fuente”, quien les dijo categórico: “El Gobierno de Jalisco no solicitó al Gobierno Federal el aval para adquirir este financiamiento, simple y sencillamente lo que está haciendo el gobierno estatal es acudir a registrar el financiamiento y cumplir con los requisitos que la ley establece para que el registro se dé en automático…”.

¿Necesita o no el gobierno alfarista del aval del gobierno lópezobradorista para adquirir nueva deuda? Augusto Chacón dice que sí, porque los bancos deben de tener la certeza de que habrá dinero para pagarles, mientras Ricardo Rodríguez dice que no porque el registro es un mero trámite administrativo.

Habrá que esperar los días siguientes al fallo para confirmar si realmente “todo camina bien”, como dijo Alfaro; si de veras hay o no la instrucción de no avalar o registrar -ya no sabemos cuál es el término adecuado en este caso-, nuevas deudas de las entidades federativas; y si se trata o no de un aval que Jalisco requiere de la Federación.

Por lo pronto, el paréntesis que desde el gobierno estatal se le puso al proceso de licitación de la polémica megadeuda es de llamar la atención y lo menos que se puede pensar es que las cosas no están caminando bien, como aseguran desde Casa Jalisco.

O, cuando menos, deberían de ser más transparentes en su información y elegir bien a sus voceros para que no haya “ruido”, contradicciones y mal entendidos.

Al tiempo, pues…