eduardo-rosales-a-sudar

Por Alfonso Javier Márquez

Nadie le creyó a Jorge Vizcarra la declaración de que no se vengará de quienes lo metieron a la cárcel un año y antes lo hicieron huir a Estados Unidos como vil delincuente. Yo no me quedaría con los brazos cruzados, ni perdonaría, así como así, a quienes estropearon mi proyecto de vida y la presidencia municipal de Jorge Vizcarra era el proyecto de su existencia.

Tuve la oportunidad de conocer a Vizcarra mucho antes de que fuera presidente municipal. Era un muchacho de simpatías hacia el PAN que primero quería ser candidato a diputado, lo que no logró y después, por azares del destino, y coyunturas inesperadas, se convirtió en candidato a presidente municipal y terminó ganando la elección del 2006.

El primer indicador de las intenciones de revancha de Vizcarra es la petición que hizo al regidor Emmanuel Agustín Ordóñez para que solicite licencia al cargo y desaparezca del Ayuntamiento que pretende encabezar en los últimos casi cuatro meses. No es un secreto que Ordóñez, fue impulsado por el presidente del PAN Eduardo Rosales Castellanos para ser el alcalde sustituto cuando se les enloqueció Salvador González del Toro y estuvo encerrado en la oficina del presidente dos meses sin salir.

Tampoco es secreto –está publicado en los diarios- que Rosales fue de los principales detractores de Vizcarra y que se encargó de operar directamente el desafuero con los legisladores por petición de Abraham González Uyeda quien estaba enojado porque había perdido el control de Tonalá, municipio que increíblemente consideraba suyo a pesar de haber perdido la elección tres años atrás.

Jorge Vizcarra no ha querido referirse por sus nombres a quienes lo apuñalaron por la espalda en los momentos de crisis, cuando su compadre había sido asesinado, pero si dijo que basta ver los nombres que aparecen en la nómina de Tonalá para saber quienes los puso allí.

Por lo anterior no es difícil imaginar que a partir de este lunes comenzará una cacería de brujas en el Ayuntamiento, comenzando por quien siempre ha estado detrás de toda esta trama: Abraham González Uyeda a quien no le siguen saliendo las cosas. De hecho nunca le han salido pues lleva perdidas tres elecciones al hilo. En la de presidente municipal de Tonalá, ni con todo el dinero que tiene pudo ganarle a un candidato semi indígena de cortas palabras y de pésima Imagen, como Palemón García; luego, en la de plurinominal para diputado federal, a pesar de esta en el segundo sitio de la lista –casi seguro- no alcanzó a entrar por la escasa diferencia de las votaciones y finalmente tras “coordinar” las campañas de la Zona Metropolitana de Guadalajara hizo que de cinco, se perdieran cinco con una pésima estrategia, una guerra sucia hartante y el continuo asedio contra los medios de comunicación.

Abraham y Eduardo Rosales no le dieron un año de chamba a sus cuates en Tonalá, le dieron un año a Jorge Vizcarra tras las rejas para pensar cómo poner a cada quien en su lugar y de seguro así lo hará.

Este cierre de administraciones tendrá sabores especiales para quienes gustan de ver sangre, políticamente hablando. Seguramente habrá mucha tela de donde cortar en los casi cuatro meses con los que Jorge Vizcarra planea hacer una mini administración memorable.