Por Hugo Luna

En 2001 la Secretaria de Turismo generó el plan de diversificar la oferta turística del país, este proyecto lo denominaron Pueblos Mágicos y tomaron como referencias las experiencias de países como Francia y España, donde pequeñas demarcaciones con valor histórico, cultural y ambiental se han remozado.

Pero ¿Qué son los pueblos mágicos? son localidades con atributos simbólicos, leyendas, historias, hechos trascendentes y cotidianidad, que emanan en cada manifestación sociocultural y que significan una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico.

Los municipios que forman parte de este programa, reciben recursos del gobierno federal y estatal según la inversión que haga el municipio y los empresarios locales.

Hay una lista de 36 municipios que quieren ser parte del grupo “mágico”. Algunos ya posicionados, como Chapala, Tonalá y Tlaquepaque están en lista de espera.

Datos de la Sectur, por cada peso que el gobierno invierte en un Pueblo Mágico, los empresarios aportan siete en infraestructura como; hoteles, restaurantes y otros negocios relacionados con el turismo. A pesar de los beneficios, hay destinos que han fallado en cumplimiento de los criterios que exige la Secretaría de Turismo.

Son casos como Mexcaltitán; Nayarit, la cuna de la mexicanidad donde no hubo seguimiento al plan de reestructura. Las banquetas, por ejemplo se pintaron con colores diferentes a los acordados y en las calles se instalaron transformadores eléctricos con los cables a la vista, es más hubo sectores de la población que se manifestaron en desacuerdo en que este poblado fuera destino turístico.

Lo preferían como pueblo pesquero porque consideraban que la presencia de los visitantes alteraban las costumbres locales. La pérdida del titulo era inminente. Sin embargo, el gobierno local manifestó su disposición a mantener la distinción y beneficios.

Pero hay otro problema, los 30 pueblos que ya forman parte del programa federal y los 36 que quieren serlo deben enfrentar retos tan difíciles como mantener la arquitectura del lugar en buen estado. Pero su talón de Aquiles es el comercio irregular.

La relevancia de este tema tiene a varias localidades en la lista de espera o de plano a un paso de quedar fuera de este plan, es decir la urgencia de reordenar el comercio informal no quiere decir que hay que acabarlos, simplemente de ordenarlos. Chapala, Tlaquepaque y Tonalá deben trabajar arduamente en este renglón.

A la fecha los criterios de selección se han vuelto más rigurosos. Antes de ser Pueblo Mágico se requiere reordenar el comercio ambulante, remodelar fachadas e instalar cableado subterráneo. Esto hace prever de esta lista de 36 aspirantes sólo ocho lograrán el certificado en el lo que resta del presente año.

Los 300 mdp anuales de presupuesto que tiene el programa son parte de una bolsa fija. Con 30 pueblos, el promedio de recursos para cada uno es 10 mdp, pero será menor si aumenta el número de Pueblos Mágicos.