Jaime Ramírez Yáñez

A pesar de que familiares y defensora de la víctima aportaron evidencias al Ministerio Público para identificar a la presunta responsable de secuestrar a un anciano, nunca se procedió en contra de ella y luego de casi dos meses del hecho, un campesino localizó el cadáver del hombre en cuestión.

Jesús García Campos, hijo de la víctima, relata que el 10 de abril, aproximadamente a las 23:00 horas, unas personas a bordo de un vehículo tipo Guayín arribaron a la vivienda de su padre. Tocaron fuertemente a la puerta; el señor salió a ver quiénes eran, fue subido al vehículo “rumbo a la Ocotera” y no supieron más de él.

Otra persona se percató del secuestro, agrega Jesús García Campos: un jornalero que estaba parado en una brecha, cerca de la Ocotera, vio cómo bajaron a su padre del automóvil para caminar rumbo a la pinera de Chiquilistlán.

Cuando esto sucedió, dice García Campos, inmediatamente sospecharon de una mujer, quien frecuentaba a su padre para pedirle dinero. Ella sabía que hacía poco el hombre había vendido una casa en 400 mil pesos. Su nombre: Norberta Rosas Mares.

Después de esto, refiere, acudieron a ver al presidente municipal de Chiquilistlán, Josefat Santana Castillo y al comandante de la Policía Municipal, Gilberto Reynaga. En ninguno de los casos recibieron respuesta.

El 16 de mayo, los familiares nombraron como defensora particular a María de Jesús Raudales Hernández, quien presentó una denuncia de hechos ante el agente del Ministerio Público adscrito a Tecolotlán, Fernando Tena Pulido. Se abrió la averiguación previa 198/07.

El 21 de mayo, afirma, un policía municipal les dijo que el comandante Reynaga y Norberta los querían ver para ofrecerles dinero a cambio de retirar la denuncia.

Sobre Norberta Rosas Mares, de 60 años, sostiene que se dedica a la prostitución infantil y al narcomenudeo: “Tiene antecedentes en varias partes de la región […] Se ganó la confianza de mi padre y le solicitaba apoyos económicos cada fin de semana, de 200 o 300 pesos, pero luego subió a 500 y poco antes de que desapareciera mi padre ya le solicitaba de a cinco mil”.

Dice que Norberta se pudo dar cuenta de una operación de compraventa de una casa que su padre le compró a otro hijo y que le había pagado 400 mil pesos. “El dinero tampoco apareció”, asegura.

El 7 de junio, a las 7:00 horas, un campesino que caminaba por una brecha cercana a un lugar conocido como El Pochote —a tres kilómetros de la cabecera municipal—, descubrió el cadáver y dio aviso a las autoridades. El reconocimiento de los restos mortales fue posible por las ropas y algunos objetos personales de la víctima.

José García Campos considera que el levantamiento del esqueleto, a cargo de Alejandro Ruiz Díaz, del Instituto Jalisciense de Ciencia Forenses (IJCF), se hizo en forma irregular. En el lugar fueron abandonados tanto el brazo como la mano izquierda de quien fue identificado como José García Contreras.