Por Gilberto Pérez Castillo

Ricardo Chávez Pérez dejó de ser estatutariamente el dirigente estatal de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos (CNC Jalisco) desde hace casi un año. Sin embargo se sigue ostentando como tal y por estos días trata de imponer a su sucesor, no obstante los casi nulos resultados que le dejó a esa organización campesina.

Chávez Pérez pertenece a esa vieja guardia política priista que ve los cargos políticos como una oportunidad de obtener ventajas personales y no como una oportunidad de trascender sirviendo.

Hasta hace unas semanas la CNC Jalisco permanecía a oscuras y sin teléfonos porque el suministro de energía eléctrica y el servicio telefónico habían sido suspendidos por falta del correspondiente pago. Una mención de tal situación en un medio de comunicación, y el temor de Ricardo Chávez de que esa información llegara a la Dirigencia Nacional de la organización, lo movieron a hacer urgentemente esos pagos.

El abandono de las oficinas estatales de la organización son el reflejo fiel del trabajo que ha desplegado Chávez Pérez a favor de los campesinos del Estado.

No obstante su pobre aportación a la situación de los afiliados a la CNC en el Estado, Ricardo Chávez intenta imponer como su sucesor a Gabriel El Chato Ponce, un septuagenario dirigente cuya edad y formas de hacer política se contraponen con los deseos de muchos afiliados de ver una organización campesina impulsada al activismo productivo y político con la participación de cuadros más jóvenes.

Pero en la Dirigencia Nacional de la CNC parece que ya le tomaron bien la medida a las mentiras y a las actitudes de Chávez Pérez y pronto podría llegar un Delegado para tomar las riendas de la Organización en Jalisco y para organizar la elección del nuevo dirigente, impidiendo que aquel se salga con la suya.