Por Hugo Luna

Las decisiones que  habrán de tomar el gobierno y los partidos por el “bienestar” económico del país tienen dos caminos:

Una es de corto plazo: ¿qué hacer para impedir que la economía nacional, hoy en crisis, se desmorone más?

La segunda es a mediano plazo.

La primera, sólo exige “testosterona” política para tomar decisiones impopulares, a la vez

que se mantiene un cierto equilibrio en los programas sociales, para impedir que el sector más vulnerable de la población se desintegre.

Otro planteamiento lo hizo el Secretario de Hacienda Agustín Carstens a los diputados electos del PAN reunidos en Cuernavaca recientemente.

La segunda es decidir si los cálculos electorales permiten aprobar alguna reforma fiscal que le proporcione al Estado Mexicano fuente de recursos, al menos mejor que la actual.

Porque la contingencia económica ha enfrentado al gobierno calderonista y a toda la clase política con una cruda verdad: los yacimientos petroleros que fueron tan irresponsablemente explotados al máximo durante el sexenio foxista se agotan.

Si se quiere que el petróleo siga siendo la fuente de ingresos para el país, pues habrá que esperar cuando menos cinco años, o sea hasta 2014, para que entonces se traduzcan en realidades los actuales proyectos energéticos.

Pero hay que empezar a hacer desde hoy los cambios de política energética. Es una agradable utopía lo de los combustibles alternativos. La realidad es que por muchas décadas todavía las economías del mundo, pequeñas, medianas y grandes, se moverán por el petróleo.

Las crisis exigen de voluntad política, pero también de imaginación, de ideas nuevas para problemas de hoy.

Poco avanzaremos, sin embargo, si nuestra sociedad sigue atrapada en las disputas estériles

del pasado.

Las generaciones jóvenes se merecen algo más que los ejercicios de arqueología política a que son tan afectas nuestras élites políticas y económicas.

Poco avanzará la Nación si las élites se mantienen en la creencia de que se puede avizorar el futuro mirando por el espejo retrovisor.