“Ya saben que en política: Percepción es realidad”, dijo el presidente del PRI Jalisco, Ramiro Hernández, al referirse a un tipo de simulaciones que se debían realizar en la calle, ante un grupo de simpatizantes que llevaban más de cuatro horas trabajando a favor de un candidato, no del partido; sin comer y con cosas más interesantes que hacer para ellos en sábado, que el venir a escuchar por 7 minutos a un hombre que no conocen, que no consideran un líder pues son escasamente simpatizantes, no militantes comprometidos del PRI y por si fuera poco les toca escuchar un discurso intrascendente.
Los nuevos viejos dirigentes del PRI Jalisco no han entendido que el proceso electoral en el que participan ciudadanos apoyando a algunos candidatos priistas, es precisamente, apoyo a los candidatos, no al partido.
El PRI está en crisis de aceptación a nivel nacional. En lo estatal no logró posicionar a su candidato a gobernador entre los votantes, pues desde hace meses decidieron no ser oposición para Enrique Alfaro. La mayoría de los comités municipales carecen de trabajo partidista. Pero, los dirigentes priísta consideran que al fingir estabilidad lograrán ganar la elección.
Sin embargo, la realidad es que:
Por dos quincenas seguidas el PRI estatal no pagó sus honorarios a sus trabajadores que cobran por honorarios.
En la elección que está más vigilada por Hacienda, sacan de su oficina al contralor del propio PRI estatal con la llegada, nuevamente, de Vidal González a la tesorería del PRI estatal, por cierto, el PRI estatal fue multado en su ejercicio anterior como encargado de las finanzas partidarias.
Ensimismados en la simulación, se engañan al hacer un “cierre de campaña” con Antonio Meade, -que no levanta-, en el Auditorio Benito Juárez. Sí usted recuerda, los anteriores eventos de Meade no se llenaron, el de la Plaza de Toros, donde caben 16,500 personas en la zona de asientos y unos 2,500 en la zona de ruedo, no lo llenaron. Y la gente se fue a la mitad del evento. Por esa gente que se fue, es que se les pidió en la convocatoria que quienes asistieran no se vayan antes. En el Benito Juárez caben 10,000 en gradas y 1,500 en ruedo. Vinieron de todos los municipios del estado y no hubo UNO que aportará más de 700 personas.
¡Lo peor! La gente del PRI nacional hizo su labor de despreciar asistentes en el lugar y muchos se fueron decepcionados.
En toda esta elección, el PRI estatal nunca entendió que llevaba TODO en contra:
-Una elección cargada a favor de Enrique Alfaro
– La salida del mejor equipo de trabajo en el PRI estatal en años, con la presidencia de Héctor Pizano.
– La llegada del mismo equipo que perdió la elección hace tres años para contaminar los pocos proyectos que podían ganar.
– Dejaron a su candidato a Gobernador solo, si bien es cierto que usted no va a encontrar un equipo sólido trabajando con Miguel Castro a lo largo de los años, pues es un hombre que no mantiene cuadros políticos sólidos; lo dejaron en manos de gente que no fue capaz de hacer equipo sino de causar solo problemas de comunicación entre quienes se acercaban a ayudar Miguel.
“Percepción es realidad”, cuando no hay una sobreinformación en redes sociales, cuando no eres el partido de los funcionarios públicos que se enriquecieron sin recibir castigo, cuando al gobierno emanado de tu partido no le aparecen, un día sí y otro también, escándalos de malas prácticas en la línea 3 del tren ligero, la Secretaría de Salud, Servicio y Transporte, Pensiones del Estado, Secretaría de Movilidad y mucho más…
En el PRI estatal sabrán después del 1 de julio, que la realidad es muy clara para los habitantes de Jalisco y ellos sí bien les va, irán al tercer lugar… El peor lugar en la historia política del partido en Jalisco.
Lo lamentable para los candidatos que participaron y se dejaron engañar, es que descubrirán fueron utilizados.
Lo frustrante, es que los funcionarios estatales del partido seguirán ganando en promedio $50,000 pesos por mes y los presidentes de los comités estatales recibirán sus $35,000 pesos mensuales.