Hoy Laura Haro Ramírez se registra como la segunda precandidata del PRI a la gubernatura en el Frente Amplio por Jalisco. Días atrás lo hizo Idolina Cosío Gaona como representante de la “sociedad civil” en la sede del PAN. Sin embargo, los partidos políticos, con o sin coalición, tienen el control de los procesos que les permiten postular a quien tienen decidido que sea su candidata, como sucedería en este caso.

Laura Haro se sumará así a los aspirantes de la coalición Juntos Haremos Historia, Claudia Delgadillo González, y de Movimiento Ciudadano, Jesús Pablo Lemus Navarro, con lo que queda definida la lista de contendientes por llegar a Casa Jalisco. Sin embargo, enfrentará un escenario nada fácil, no sólo por ser oposición sino porque representará a tres partidos políticos con muchas debilidades internas y externas, principalmente en la preferencia ciudadana. La lucha por la gubernatura se avizora estará concentrada entre MC y la coalición que encabeza Morena.

Para empezar, el PRI que representará Haro Ramírez es hoy un partido “escuálido”, sin la estructura de antaño que lo sostenía con los diversos sectores y organizaciones que la conformaban. Ni la CTM ni la CROC -la de Alfredo Barba y la de Antonio Álvarez Esparza- ni la CROM y ni el sector campesino con la CNC son parte activa del priismo jalisciense. De hecho, la CTM que dirige Juan Huerta Péres se separó ya del PRI y los demás sectores quedaron excluidos o autoexcluidos. El sector popular, de la CNOP es la que aún da visos de vida, en tanto que el otrora Movimiento Territorial nadie sabe dónde está. Los sectores juveniles y de las mujeres, si bien lo conforman jóvenes y mujeres activas y con mucho ánimo, parece que no salen de sus oficinas y dejaron de hacer trabajo político y social en el exterior. O al menos no tienen el impacto de antes.

¿Cuántos de estos dirigentes estuvieron el lunes en la mesa con Laura Haro?

Laura Haro tiene el apoyo y respaldo institucional de los ex presidentes del partido, pero la mayoría de ellos dejaron de tener influencia más allá del edificio de Calzada del Campesino 222, aunque bien hace en convocarlos y escucharlos, porque alguna experiencia compartida habrá de servirle para lo que viene. Pero no más.

Ahora veamos al resto de la coalición. ¿Tendrá el apoyo del panismo jalisciense? Durante las negociaciones hubo algunos roces entre las dirigentes estatales que pretendieron ocultar o negar, pero estará a prueba si las diferencias lograron superarse o quedan resabios. No es común ver a panistas votar por priistas y viceversa, y no creemos que ahora sea la excepción. Mucho menos si advierten lejana la posibilidad de una victoria. Es más, sería más creíble que no pocos panistas votaran por candidatos a las alcaldías y diputaciones del Frente Amplio, pero por Movimiento Ciudadano para la gubernatura. Y máxime si existe un acuerdo “de facto”, por “debajo de la mesa”. ¿A alguien le extrañaría que así sucediera?

El PRD, por su parte, parece el partido de la coalición que sin regateos apoyará la candidatura de Laura Haro a la gubernatura, pero hay que ver cómo responden a las candidaturas panistas con quienes, por obvias razones, no comulgan ideológicamente y viceversa. Es más factible que los priistas voten por un perredista que lo haga un panista.

No hay duda que Laura Haro Ramírez tratará de hacer su mejor papel, pues no es cosa menor ser candidata a la gubernatura, pero creo que no era su tiempo, creo que por su juventud pudo haber esperado condiciones más favorables. Pero también es cierto que quizás no tuvo otra opción, porque quién sabe si para el 2030 aún exista el Partido Revolucionario Institucional.

Ahora, como referíamos ayer, habrá que ver si el Frente Amplio por Jalisco, con Laura Haro como candidata, es un verdadero adversario del partido en el gobierno o se convierte en su aliado para confrontar al bloque opositor comandado por Morena.

Al tiempo…