El jueves pasado, 19 de noviembre, se cumplieron 11 años (2009) del trágico fallecimiento de Carlos Briseño Torres, luego de haber sido desconocido mayoritariamente por el Consejo General Universitario como rector de la Universidad de Guadalajara, hecho que cimbró no sólo a la máxima Casa de Estudios sino a la clase política jalisciense.

Aquí les comparto una serie de preguntas que le plantee antes, durante y después de su gestión como Rector General de la UdeG, y que reflejan no sólo parte de su personalidad sino el sentimiento que en esos momentos lo acogía.

Como candidato a rector:

¿Cómo te defines: un universitario político o académico?

-El próximo rector debe tener un perfil tal, que contenga la firmeza suficiente para defender a la institución frente a cualquier escenario, pero, al mismo tiempo, con los conocimientos y habilidades académicas, técnicas, para hacer una eficiente administración, conducir a la universidad a mejores escenarios de calidad académica, excelencia y cobertura…

“Creo que tengo el olfato, la pericia y el oficio político para entender que la Universidad de Guadalajara no puede estar al margen de los fenómenos políticos que se dan”.

Como rector general de la UdeG:

Hay voces que dicen que el Rector quiere ser también el jefe de un grupo político dentro del PRI…

-¡Nombre! Es imposible ser jefe político dentro del PRI. No. Yo estoy alejado de la militancia activa dentro del PRI desde que busqué la candidatura (a la Rectoría), por una sencilla razón: yo debo ser rector de la plural Universidad de Guadalajara, no puedo ser rector sólo de los priistas…

Desde la rectoría, ¿estaría Carlos Briseño construyendo una probable candidatura al gobierno para el 2012?

-Sería improductivo, insano e impolítico pensar que desde la rectoría se puede construir una candidatura al gobierno del Estado (…). Eso no da para ser candidato a gobernador…

Carlos, ¿cómo te defines?

-Me defino como un hombre comprometido, de palabra, muy franco, muy abierto (…). Soy leal a mis amigos, cumplidor de mis compromisos. Me defino como un hombre de palabra. Soy tolerante, pero intolerante ante la imposición (…). Sé ser amigo. Cuando entregó la amistad, la entrego de verdad. E igual: sé ser adversario, sé defenderme.

-¿Qué te hace enojar?

-La negligencia.

-¿Qué te puede hacer llorar?

-La muerte de un ser querido. He llorado la muerte de mi padre, he llorado la muerte de mi cuñada… la enfermedad de los hijos.

-¿Cuál es tu mayor miedo?

-No estar lo suficientemente maduro para lograr el objetivo de cristalizar proyectos y que mis hijos no tengan las posibilidades de desarrollo que requieren.

¿Qué te acompleja?

-¡Nada! ¡No tengo complejos! Ni de superioridad ni de inferioridad.

Como ex rector general:

Más allá de tu familia, Carlos, ¿te sientes solo? ¿Hay soledad en Carlos Briseño?

-No… Me siento muy bien acompañado por mis convicciones, por mi familia y por mis cercanos amigos. ¡Muy bien acompañado! La soledad no es algo que a mi me afecte… Nunca me ha afectado, porque… para estar en soledad, ¡lo que es solo, solo, solo! necesitas no tener convicciones; cuando tienes convicciones no hay soledad que te pueda abrumar…

Quizás antes te faltaban dedos para contar a tus amigos, ¿hoy te sobran dedos?

-No… al contrario. Hoy tengo más amigos que antes. Antes tenía muchos conocidos y muchas personas que se acercaban a mi por el cargo, no por la persona. ¡Ahora se acercan a la persona! Me siento muy contento, muy satisfecho.

¿Has bajado de peso?

-Cuatro kilos…

-¿Estás tomando algo? ¿Algún medicamento?

-¡No…! Café, nada más… Ningún medicamento, absolutamente ninguno…

Te veo muy fresco, ¡vamos! como si nada hubiese sucedido…

-Mira: Yo no tomo licor, nunca he tomado una droga, ¡nunca! No me duele ni la cabeza, tengo 15 años sin una gripe… ¡15 años! No me he puesto ni una sola vacuna. Soy de familia hipertensa y en toda la crisis ni siquiera la presión arterial se me ha subido. ¡No sufro de hipertensión!

-¿Es natural eso?

-Hago ejercicio… Hay tres cosas que me ayudan mucho ya en el terreno personal: que hago mucho ejercicio, todos los días corro una hora; dos, que tengo mi conciencia tranquila, duermo muy bien; tercero, mi familia que me apoya mucho… Todo eso me ha ayudado a tener un ambiente personal de mucha integridad, de mucha entereza frente a la adversidad. Te lo digo: ni el sueño he perdido. Tengo un ambiente familiar y personal que me permite sobre llevar la enorme… la enorme adversidad que enfrento.

¿Qué te dices cuando te ves frente al espejo hoy en estas condiciones?

-Me veo poco en el espejo porque no me gusta. Me siento muy orgulloso de mí mismo, me siento muy satisfecho de estar haciendo lo que creo conveniente, sin atadura alguna,, sin conflictos internos que me impidan actuar… He reflexionado sobre los errores que cometí, pero ya nada se puede corregir…

Como rector general:

-¿Cuál sería el platillo de tu última cena?

-Un sabroso sushi.

-¿Dónde queda el paraíso?

-Está en el gran National Park, Yellestone; en la selva lacandona, en el Cañón del Sumidero, en las hermosas playas de Jalisco, en los Pirineos, en los Alpes suizos.

-¿Un epitafio sobre tu tumba?

-“A mi manera,,,”.