Julio César Hernández
Para nadie es un secreto que en los últimos años, Francisco Ramírez Acuña y Santiago Creel Miranda fortalecieron su amistad y apoyo político mutuo, quizás porque como responsables en su momento de la Secretaría de Gobernación, compartieron alegrías y sinsabores de ser los inquilinos de Bucareli.
Creel Miranda ha demostrado su fidelidad a Ramírez Acuña. Primero, lo apoyo y vino a apoyar su campaña como candidato a diputado federal por el Distrito 10. Posteriormente, ya legislador electo el ex gobernador jalisciense, le dio todo su respaldo para ser el coordinador de la bancada legislativa en San Lázaro.
Ahora, cuando nuevamente Francisco Ramírez anda en busca de un nuevo espacio, ahora la dirigencia nacional del PAN, nuevamente Santiago Creel le da su respaldo sin mencionarlo por su nombre, toda vez que aun no se ha abierto la convocatoria para suceder a César Nava, quien ya anunció que no buscará la reelección en el cargo.
Así, Creel “dibujó” el perfil de quien debe de tomar las riendas del PAN a partir de diciembre próximo o al inicio del 2011. Así lo describió:

  • Que no se someta al Presidente.
  • Que sepa ganar elecciones.
  • Que defienda los intereses del partido.
  • Que sea un árbitro imparcial en el proceso interno para elegir candidatos.
  • Que una al panismo y tener interlocución con todos los panistas.
  • Que sepa hablar con el Presidente, pero que también sepa decirle que no.
  • Que tenga la capacidad de debatir con otras fuerzas políticas.

¡Ah! Hay panistas que dicen que sólo le faltó a Creel agregar que otros requisitos que debe llevar el aspirante es: que se llame Francisco y que se apellide Ramírez Acuña.
¿Será o habrá “mala leche”?